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Traducción del M. R. P. Nlarcos de Escalada pliese lo irregular de la sagrada ordenación conftrida ,per saltuni;;; peru el caso era más embrollado de lo que a primera \·ista parecía. Presentü– banse ,HJLIÍ a mi ver, varias cuestiones no fáciles de resolver. En pri– mer lugar la invalidez müs que probable de la ordem,ción sacerdotal: aun trnis, la invalidez de los mismos Sacraml 0 .ntus del Bautismo y Con– firmación del supuesto sacerdote Aba Fessa. En segundo lugar. y, caso de tener que revalidarlos, ¿cómo cerciorarme de la aptitud y condigni– dad del ordenando? Para convencerme de la invalidez de l,1 ordenación sacerdotal del citado Aba Fessa era müs que suficie1,te conucer el modo cómo se h1 había administrado el obispo hereje Salama. He aquí como fm: según confesión del mismo ordenando: C'ierto día, lwbla Aba Fessa. me dijo el obispo Salama: Te voy a hacer sacerdote. Y sin otra disposición 11i preparativo pidió a su asistente l,l po11tifin1l copto para hacer la ceremo– nia. El asistente. poco experto en d mu.:ejo del citado libro, comenzó a deshojarlo en busca de la litun.:;ia propia de e,-;e Sucramento. si11 acertar con ella. Impaciente ya y nwlhumurado el obispo. dícele lleno de ira Abre el libro por cualquier parte, y busca aunque sea por la del matri– monio. que para el caso es i ,ual :) . Dicho y hecho. r\brió el pontifical al azar, y leyendo en él algunas palabras y oraciones terminó la ceremonia diciendo: Ya estas hecho sacerdote. Parecerá tal vez increíble Linwt1o descaru v atrevimiento, p 1 c:ro yo que conozco a fondo la mdole y costumbres de aquella ('.buena estofa de SalamiP, lo juzgo verídico y rc~al. Pero no era eso sólo. Aba Fessa había pasado los afíos de su jm·en– tud en casa de Salama e1, calidad de paje (y bien sallemos lo que quiere decir paje en esos países), lwbíase instruído. educado y formado en la e~cuela y al lado del mismo Salama; era pues de suponer que saldría discípulo aprovechado. Ahora bien, ¿recuerdan mis lectores la pintura y descripci(1n de las cualidades de este obispo hereje? Pues Salanrn no er;¡ ni mús ni menos que un impío disoluto e incrédulo, y hasta él mísmo se jactalw de ello. Desde joven abrazó la secta protestante. forjándose en el corrompido molde de sw; perversas m(1ximas y doctrinas e:Tóneas: escalanclo por nwdios simoniacos y bajas intrigas la secfo episcopal de los coptos, y dominando ahora despóticmne.nte en el clero y pueblo sin mirn– miento ni respeto a ley alguna. ¿qué suerte de discípulos y seguidores serían los suyos? Candidez suma sería juzgarlos (rngeles en la fe y cos– tumbres. Pues he ahí el caso que se me presentaba en ese trance de la orde11:1cii"111 sagrada de Aba Fessa (1). Obligado por apremios de tiem– po :1 tonwr una resolución me remití en cuanto al juicio sobre la conduc– b y :iptitud dt:I ordennndo al parecer y juicio de su superior Padre Biancheri, e impnse las manos a Aba Fessa. orderníndole de sact,rdote; pero aníl<, le admini~trt', el Bm1tismo y la Confirmación csub conditione>>: luego. empezando por la prima clerical. le conferí en forma absoluta la,- (1) Lo-. llec!Jo:"i r.. onfí1·11rnro11 dP.-;gTaciadamr,nl1• mh prt>senlimit•ulo:,;. P,w:,:; Aha Fe~:,;¡¡ rt•~ullo ._,,r :<it1jc>lo dl' mala:,; eo~lumiH't'": dfi; m11cho~· di:.;gu~lo~ n s11:,:; ~111wriol'f'~ .r gra'-;ti:' r·~l·úntlalo.-. :ti ptlt'"hlo. Poco !in me t•:.;crihía 111m f'<ntn en qnt• 1nr rPltllnhn ~n C'OilYPrsiou, C1't'O ..;,(•a ,•~la la qniula \'\''/~ qtu' ~e conyjerte, y 1)10;-;: qnit•rn St'n la dpfiniliYa: por mús q11r tlit·1• PI n·l'r(111: uCnrnhia la zorra lo:-: die1ltt·~ y nn las mit•nlt•:-: 1).

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