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lo que müs le guste, y. lo que es müs. injuriar, maltratar y atropellar a quien se oponga a sus caprichosos designios. 10. Banquete de unos íeprusos. Celebrübase en a 1 ¡uella aldea un entierro, y según el u:;o del p:1ís la familid del fi11ado había de obse– quiar con un suntuoso ba1Iquett, de duelo a todos los concurrentes ,11 sepelio. La calidad de IDs rna1Ijares era la ordi1wri,1 que en otras comi da;.,, carne, pan y ce!·vpza en mayor o me11u1· ,1bumlancia segun la for– tuna de la familia. Los leprosus tit 0 1ie11 todos derecho a asistir. au·1 sin ser invitados. y en esa oca,,ión nrndii'i gnrn Jllímero dt~ t'lhs. A todos se les repartió su correspondiente ración como a los drn1ús invitados. pero sea por envidia, se'.1 por otro moti\'O. 110 agradt'J la distribución del ban quete a los leprosos, y alzúndost' co11trc1 l:1 familia. prott 0 sL1ro11 del acto v echúndose por las mPsas. iba11 lll,inoseú11dolo todo co11 sus i11mu11das v imrulentas manos. Por temor a 1111 conb;;io g,·.wral los in\·itados se 11t;– g:;1ron en absoluto u sentar;,e a la mesa ni a t1nm1r nada de cuanto había preparado, con lo que los lepro.sos quedaron dueí1os del banquete y s<' hartaron a placer. Otro rnso pnrecido ocurrió e11 el mercado de Egibi('.. Los vendedores ck miel y manteca. colocado,, en sw, tiendas, prPgonaban insistentes ,,u mercancía, único recurso dv .su fortuna. Varios leprosos de. los que pu– lulaban por la plaz,1 les pidipro11 11rnnteca y miel co11 qtw saciar el lwm– hre, pero se lo 11eg-,iro11 c(,n la excus,1 de carecer de otros medios de vida. Entonces los leprosos se repartieron por las tiendas y comenzaron ,1 manosear las vasijas de manteca y dt· miel a la faz del público, que en vista de ello se neg(¡ a comprar cusa ,,lguna de esas tiendas con grnVL' daiio de los pobres vendedores que 110 tuviernll otro recurso que recoger ,-,us mercancías y nwrcharsc con ellas ,1 otrn parte. 11. Una l'istosa cascado. El Padre Ccf,,,ar. Entretanto tuve la fortuna de encontnirme con los j(Jvencs enviados por el misionero Padre C(,s:ir. c¡uie1ws nw habían de conducir al punto de residencia del citado P:idre. Fué grande mi ,ilegría al L'nco11trnrme con t'.llos por serme ya l 011ocidos eso.e; muchachos: Berrú y ,\1orka, e11tr,1mbos por mí instruí dos y lrnutiz:1do.c, en Ciuradit. A ellos. como vx¡wrt(,s cakquistac,. confi? la de mis :1cump:1i1:1ntes p:,rn admitirlos t''l el ;,eno de la a. E11 c0111pailía de clídws j(1\'('lll'S i~mprrndí el camino Uoy,1111 por intrincadas \' panta110,.,:is \·ered,1,-,. donde ,1 las \'eces se l111mlí,1 t'.I pie lrnsb la rndil!,1. l':1,-,a111os m1:1 noche e11 Lieus, sede de 11110 de los mús n;Iebrl"S sa11tw1rios dt•i ( i()y:1111 dl'dirnd() a San J\1igt1('l .\rc,ín,gr-:1, y muy pr(Jximo ,11 punto de re:;idt'Jlt ia dt•I í',idre ('(,sar. En la;, ,ifllerns de Lit,!lS atr:1n•samo,, un c:111d,iloso torrente cuyas aguas puras y abumlos:is .">e dvsde t11w :ilturn d(' rnnre11t,1 me·· tro", formando una Yistoshim,1 t'a,,cada. 111ar:n·ill:i dt' Íét 1rnt11r leza. E11 la imposibilith1d de \·ade,irlD. lo p:i,,amos :1 pie enjuto por el espacioso hueco que a ma1wr,1 dt• ojo de puente l!é1cíu l:1 c,1srnda con la hé1c,e de b ¡wi1a. pero íbé1111os envm 0 ltw, e11 una espt 0 sa 11ubt 0 de Ynpor producido :11 t·:wr las aguas e11 el fondo dt•I anchuroso to1Tenil 0 • En Europ:1 sería, sin duda, esa casrnda y la g,derí:1 qu corre b:1jo el 1wíkJ11. dignu objeto d(' rnriosos \'ic.itémtes. sobre todo rn los nwse,, lle 1111\·ias. que son desdt·

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