BCCCAP00000000000000000000476

Traducción del M. R. P. Marcos de Escalada 17 nombre de Aba Baguibo, y como padrino de la boda, pidió por esposa a la hija del rey para el heredero y sucesor de Aba Baguibo. Todo lo cual cumplió el Sr. D'Abbadie a satisfacción de todos; y aun en los quince días que echó en la embajada tuvo espacio para hacer investigaciones científicas y observaciones astronómicas. 4. Su regreso de Kafa.-A su regreso a la Abisinia no pudo se– guir el camino que habla llevado al entrar, por razón de que dos jóvenes ingleses, Walter Plauden y John Bel, exploradores también de aquell as tierras, que seguían ese mismo camino, se encontraron contra su volun– tad envueltos en una encarnizada guerra que mantenían los pueblos Gema-Nunu contra el Gudrú. Apresados los dos ingleses fueron lleva– dos al campo y constreñidos por fuerz a a pelear. En el fragor del com– bate dieron muerte a uno de los jefes de h; Gema-Nunu, lo cual encen– dió un odio tan profundo contra los europeos, que desde entonces les · parece ver en la persona de cualquiera de los de raza blanca al mayor enemigo. El Sr D'Abbadie tuvo secretas noticias de todo el lo y con el fin de evitar disgustos y desgrncias se enderezó por el camino del Gudrú, permaneciendo en esta región toda la estación de las lluvias; siguió des– pués por el Goyán hasta salir a Quarata, sita en las orillas del lago Tsana. Acaecía esto en el año de 1844. 5. Carta del Sr. D' Abbadie a la S. Cong. de Propaganda. -He querido adelantar estos datos referentes al Sr. D' Abbadie, como preám– bulo a la fundación de la Misión de los Gallas. Porque fué preci samente esta la fecha en que D. Antonio D' Abbadie, regresando de Enerea, es– cribió a la S. Congregación de Propaganda una carta desde Quarata, que sin exageración puede decirse la piedra fundamental de la ln5titu– ción del Vicariato Apostólico de los Gallas. En la citada carta exponía el Sr. D'Abbadie el abandono religioso de aquellos pueblos y la necesidad urgente de establecer allí una Misión católica para bien espiritual de aquellas almas y expansión de nuestra sagrada religión cristiana. Y de tal suerte supo insinuarse en el ánimo de los Emmos. Sres . Cardenales de la S. Congregación que sin pérdida de tiempo y co11sultando con el soberano Pontífice, que a la sazón era Gregorio X VI, decretaron unáni– memente el establecimiento de un Vicariato Apostóli co entre los Gal las . Como prenda de afecto el soberano Pontífice escribió al Sr. D'Abbadie una hermosa carta laudatoria agradecié,1dole vivamente su solicitud y celo en pro de nuestra fe católi ca, y le envió :-i demüs la Cruz de S. Gre– gorio Magno, nombrándole Caballero de dicha Orden ( 1). 6. Confiase a nuestra Orden la Misión de los Gallas.-Decre– tada solemnemente la institución del Vicariato Apos tólico, se procedió a buscar la Orden Religiosa a quien confiarlo, tocando la suerte a nuestra seráfica Orden Franciscano-Capuchina. El Card. Franzoni, Prefecto de la S. Congregación, llamó a su presencia al Rmo. P. Andrés de Arezzo, Vicario General de toda la Orden, y a los PP. Venancio de Turín, Pro~ curador general, Justo de Camerino, Prefecto de las Misiones. y les ex- (1) Posteriormente el Papa León Xl'Il, en junio de l ~¡ le concedió la Encomienda del Papa S. Uregorio J\\ugno. y fui yo q11ien tuve el ho,rnr de llev,írsPla en nombre del ;Rc1.111a- no Pontífice. · · · 2

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz