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____ '.2Q±___ _ ,\lis ircíllta y cinco ar1os de ,\\ísíón en la ,\Ita E_,t_í_o¡~1_-a_____ ¡(uardrn l:: d.' Advie'ito d,· cuarenta y u.:o, la de lus i\¡;ústoles ck nrn– renta. h é!e Xínive d<é trc·s, !a cuan.'.s!lla ,nayor de ci11cnc:11t,1 y ci11co dí;1,, y todos los miircoles y Yienws del afio. No 1i lJU<é h:1blar de mitigacioncs ni displ'.!.S.,s. ora en ,·u::rtu ui mí-- rnero de ora en cuanto a !·1 ,·alid:Hl de los rna11jdres. Los ,,bi:,inios como t,dos lus urienb!les son en t·sto inexcm:bles. illlítíl es predicarles de la putcst:1d de la 11 .!;ll'si;i l"n t'I prece.pt ¡) del ,1yu1:o: ui rnl:e e11 su corto cer-2bro que h aut()rid:1d eclesiüsfü·a pued,1 ,1:odifirnrlo y aun dit,pe1:~,ir– lo: alÍ11 ;mis. t'S esL! 1rn;: de l'.1s mi¡;, vigurosas armas de que st, -~írn; la li,;i pira combatir a la :1 L:,tina n:!iü11doh en cura la rnitisación dt 0 los :1yu11us. por cn°t,r que ,1-,í 'iC uparb del primiti\'<J et,píritu nistia– ; o. L:1 ,\1isión Ci:i!l,1 ¡w1te11erie11té· ,il rito latino 1;0 lésLdrn sujeL: ,; est:1s pníctícm, ele los abisinios. \' e11 cu11st:C11e1H i:1 i:r:u:os lícito us:11 dv bs mi– tigacíu11es y dis ¡w.ns :1s que conc,.,de hi lgí, 0 :,':1 Rcm:1;;,1: 110 ohstar,te, para 110 ser pít·dn! de e~cJnd:do a aquell:is rob:ec. ,~e1:h'.,,. ::rn:que ,1 mis stíb– ditos dí.c,pensaha con fmilidc: 1 .l, yo f;twrdt'· sicm¡rt· l:1,; l rn:resmm; rnn todo y escrnp1i!o.~id:1d. D. I11sfrllccicjn d.·/ jou ·¡¡ .iltlif!W!lc'n. -- Er:: e,,te juYe11 LÍté índole uvispada y ele perspicaz 1,1t,cli,.;,'11cic1. 1 11w acornp1111lí en mi Yisíü1 a los Zellú11 y m1evam,cni'~ ,d reg;,ec;o a !1:1¡~!1. Hospedübmne en ci1'>:1 de su propio ¡wdre y era p:ir:i mí d:' ;;1rnn co1,fianz:1. Sus :rnlielm, ¡1t1r la ft, cristiana transformaron sn 11atur:il Íll(Jl!ieto y bullicioso, y de ,-1dl:,11gue– ro, pendencioso y truhai1esco que. eni, poco a poco fu(·. modL·ri1mlose lw:s,ta ,olverse pe11s;1tivo. meditabt11H!u y cumo preocupado por asuntos de i11h·rés. El cambio de vida de ;1qud joven :10 era un misterio. Todos lo ,1dvertían. admirúndost'. profundanwnie dt; ello.~ ¿Decidme, Sr. fü1r– torelli. nw preguntó un día su nrndre qué le pas:1rü a mi hijo que ya 110 gusta dt, diversiones y juegos como antes? ¿Será efecto de melérncolía de carúcter? -)Jada de eso; dejadilé, que no es melancolía. Es que piens:1 ser müs juicimo en adelante. l lusta aquí todo ernn juegos, diver,,iunes y trave– suras, pero la 11ifiez va p:ism1do y ("un ella el inquidu afün ele an!nt11r:1s. Los vicios que S(~ mlquieren t,11 esa época de la vida, se rnrri,ge11 fMil– llHéntt•, y <>s lo que prt•tencle ahorn hacer el joven Maquonén. Mis l;11sayos ie han parecido bien, y yo le asl 0 g11ro que si pone en pnictica lm, regla,; que le doy ser;í feliz. -1\lurho he trnbajado con él, replicó su madre, para corn·g·irle y hacerle rnmbi,1r de \"idn, pero t'.n vano. Vos habéis sido mas afo1 timado. Aquí, e11 este país, no lH,y nadie que se cuide ele la educación de los jó– venes, ,:sí es que los ni o,; se crian tan díscolos, desobedientes y capri– chosos que es u1rn pena. Nuestros sacerdotes, lejos de ciar ejc,mplo y exhortarlos ,d bien. so11 ellos piedra ele escündalo con sus pervers,1s cos– tumbres, y tal vez con :-ius m,dignas insinuaciones. Tras bn:Yes instanÜ's, torna el jo\'en Maquonén diciéndome: -- flt•cid– ll1'c' Sr. Bmto•elli, ¿cómo deberé conducirme en mis idas a la ciudad?. porque. sabeJ, que mi p,1dre me envía con frecuencia a dla, y allí pre– cis:rnwnte t,sU la causa de mi perdición y ch, mi mala vida. lrüs. h~ dije, si la oheJiencia te lo ordenc1, y para que e\'ites lé1

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