BCCCAP00000000000000000000476
1 _9_2__ M!s treinta y cinco años de Misión en la_~_0_Eti( ¡_;í_a__ vantándose y siguiéndonos los pasos por aquella escarpada vered,J. Aun– que malparado y cojeando le recibim()s de nuevo, compañero Je nnestn s 1rabajos y fatigas. 5. El monje abisinio.--Desde la cumbre contemplamos un extenso y hermoso panorama; pueblos diseminados aquí y allú en graciosas posi– ciones entrelazados por el verdor de los sembrados, que daban al hori– zonte aspecto de vasta pradería. Hicimos alto en el pueblo más ce1 cano. presentúndonos a la autoridad y ofreci('.ndole nuestra sumisión y n·speto. Desp11('.S de descansar como una rnedia hora en la pobre casa designada para morada nuestra, fuíme a visitar a un célebre monje muy venerado d('. todas aquellm, ge11tes, que se hacían le11gm1s en aLilianza de sus vir· tude·, y santidad. Nuestra conversación recayó sobre la historia dei país. refiri('.11dorne a eé>te propósito infínidad .ie cuentos e historietw; con aplo– mo y convicción dignos de nwjor suerk. • iv\irad, me decía, ¿v{·is allú lejos 1u,1 casu?, es un céi('.br('. 11101rnsterio muy venera Jo por su ant!giie– daJ y la forna de sus nHrnjes. Tie1,e origen de unos sacerdotes francos (europc'OS) que \'Í1Iiero11 a esbs tierras, y después de una vida ejc·mpla– rísim I p11decieron el martir.o e:1 Góncbr. Parecíame. e11tonces aludida a los mürtires capuchinos Padres Ag,1gú11telo y Casia 1 10, pero 110 er:1 ,hí. Porque, SC:\2'lÍn posteriores informes. dichos Padres 110 entraron ,il r,11/s abisinio, sino por la parte dr~l nwr R()jo: y en Gónd:ir a¡wnw, e-;tu\ ieron müs que de corrida. Partimos u los pocos días con rum\o a la Corte del Príncipe Tochó, quien nos recibi9 cortés111e11te, proporcionündonos cuanto hahíaiuis me nester. Siguiendo nuestrn camino, atravesamos toda la provincia de Ar- 111acl11'>, tocando luego la fold:1 de la 111011tafia Che!ga, fortaleza de¡ príti– cipe Kassá, s,ilvaguardia de sus tesoros y presidio de los prisioneros de /;uerrn. A su lado si: tiende una pi!'.toresca mesl'Ía alfombrada de es· plt"ndida vegdación; la alturn media serü como de unos dos mil metro:-. sobre el nivel del mar, y L temperatura, suave y agradable. Exi:-,te e 1 esü~ territorio wia rnza especi,d de i11dígenas ele configuración y cos– tumbres muy peculian;s y distintas de todas las que le rodean. Dl• com– plexión robusta y fornidos de cuerpo, "ºn valientes y gt:ern,ros. Dedí– rnnse principalmente al cultivo de los campos, y cuai;co lH necesid el lo pide s:1ben también m:11H'jar el mma. Su r,~ligión anda envuelta c11 el 111iskrio. No reconocen a l\bhonrn, ni a Müisés, ni a Cristo; pero cree11 c·;1 un solo Dios, y le délll culto con ciertos ritos que ellos so'os coi;ocen. Sus costumbres son en gene.al morigeradas, recilwn con hospitalidad, y con lo:; forasteros suelen ser muy corteses. Creo yo no sería dificil s11 co11\'ersión al cristianismo, pero el clero abisinio, i .Torante y corrornpi· pido, es inepto para llevar a cabo semejantes conversiones. (i. Erz Góndar.--Atravesando colinas y valles por esquivar los ca– minos fn°rnenbdos, a los dos días divisé las cercaPías de Góndar. No tanlaron lo:-. mi,'>ioneros en saber la noticia de mi llegada, y saliendo al pu 1t1J u mi encuentro. emocionados de verme n11evrn11ente sano y sal\·o en su rns:i. Un cariñoso 11brnzo habla mejor en estos casos que el rnús eloc11t·11k discurso. Enterürnnme del estado de su ivlisit'm, de sus relacio– cun t:s nutoridade,, y del pim,dero de mis Padres misiom:ros, de quie-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz