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Traducción del M. R. P. Marcos de Escalada lii.5 ta:)er·narios; j·Hmís ese,uch~ lectura alguna como suele hacerse e.1 l;,s Co- 11111ilades religiosas bien ordenadas. La hora de la recreación que se– ,2;,1íu a la comida, no era otra cosa que el remedo de uno de esos ceI1trus d:c rnfés modernos; hacíase en el salón propio destinado a ese fin. Arre– nellados convenientemente en sus puestos, dos ele los mds jóvenes re– partían lé-1s pipas de fum:ir, el tabaco y el fuego y daba comienzo el pi– porreo. A mí me hicieron sentar al lado del Abad, el cual dió orden dl: representar ,¡jgún acto cómico en mi obsequi<). Al efecto, dispusieron el esce.rnrio, qne rnnsistfr1 en unas esteras tendidas en el suelo y si11 otro ap ir:1to co.1L, izó la f:ll'.na; gestos, accio11es dl'SCO np:.1l:shs. griten.; y ri– sobLbs, es,i fut, lo único que entendí. A tal extre no lle;!;ó la desennil– tura de los actores. que tuve necesidad de reprimir re¡)(~tidas veces mi indig1rnci(rn. y lwbría abandonado precipitadamente el salón de 110 expo– ner mi sit11 1ción u grave ril,sgo. echando por tierra tod11s mis planes. Des,'..1c1jábame sobremanera las risotadas con que cel,,tJrnban aque– llas o')sc.enid:ides los más viejos monjes, ctrnjados de rn1rns y c,rn loe-; pies e,1 la fos:1. Iksgraciados herejes, que hasta en el se1I0 mi,,rno del S'.111tu 1rio lleg·1ron a ponerst> cátedra de corrupción! ... .i. AE{ape exiraordinario. - Sté11alóse por fin d jm,ves para ce!e– t rar el b:rn,p1de vxtr,1ord1narío, que por mi indiu1ci(l'l tl1vo lugar :il ilÍre libre t'll un punto del jardín. Aderez,ido y d1spue"to C01I\'l'llit~11tc,11wnte. hicimos mesa redonda sin otro m:1ntel que la \'erde yerba. A mí, por fina afrnci(rn me dieron plato, tenedor y cuchillo; ellos st~ l:1s arreg-hilrnn a e.stilo árabtc, sin otro cubierto que sus cinrn ded1K El pri1rn,r asalto fut' a uno de los cabritos asados; luego otro y otr 1 i; lJ:Ibía gusto y :1¡wti– to, por lo que pronto se dió pas'.lporte a la rnci(rn: creí St: saciarí1111 los ,í11i111,JS co.i las víctimas d:'.voradas v nu lwbda medio de co11,,u111:1r la , w1rt 1 y última piez:1; p:.'ro 110 fut•. iisL ant 's al contrurio, aquí fm' el atal]lll' m.ís valiente: movidas IHs le11gw1s por d ocu!to resorte del cu– lwcillo del condumio soltübanse en aninwJos disrnrsos y redproG1s inh'.r– cuando un im,sperado espt~düca!o \'ino a :1rrchat:1r las c1ten– ci i 1:", lfr ledos: en 11,¡merosa y ord,,1wth procesión, aco111p:1fl:1tL! de' e í·1tic,is ,_, dt,I h;l,'r d,, diversos i11stl'u•n._~11tos músicos, traí,rn en u11:I g1·,11I ftie1-1k l:1 rn·1rt I y última d,· las \'ictinns prep:1rndas. Corría la l)()– tell I .J, 111·1110 en m·I110, asieron rnd:1 cu·il s1I trozo. y a los püL'O, ins– tantes no q1wJ:1\i:1 otra cosa que lus hlll~.;o.;. La.~ pip:1.s dP funrnr o:-u·· 1 nron ,L'. I1tH'V0 s11 asiento, la cl1·1rla c:ntretenía la ¡ws:1dez de la di– ge.~tic'm. y mientras Sl' co1h11mía en l!ol,Jclllsto los restos del talrnc(l .se pr,ªsenti'J otra esceIl'I m:ís re.p11c;1rn11te y o·)scena que l:i ¡}l'imern. E11 fin. alY1tilio, cual se encontraba mi ünimo en aquel ambiente, cfo cono111- piJos 111ias1w1s de inmoralidad. dispuse todos mis asuntos y detern1i11é emprender el camino de partida. ,J., Preparatioos del oiaje.-Mi belll'.HJlencia y generosidad con los mo11jes me valieron un mundo de rigrndecimientos, cerrando ¡a puer– ta a toda aviesa sospecha sobre mis ocultos designios. Desde ese mo– mento t'.rarne dado conversar íntima y asíduamenti: con el joven ,\ligue! Angel, sin temor ele incurrir en el menor indicio de torcida maquina– ción. Pedíles con insistencia me lo diesen por compa11ero Pn el Yiaje.