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162 Mis treinta y cinco años de Misión 10. Alegre olmuerzo.-- Encerrado e11 la cripta ce San ALtonio I e.:,· zaba tnrnquilamente mi breviario. cuando ... ¡tan.! ¡hm!. llan;an ,1prc– suradan1ente a la puerta; ¿qué es lo que ocurre?-- (~ue lrn, mocjes c,s figuardan impacfentes en el rl'fectorio, me contesfaron.-- A b vc1d,:d. desde el rincón de mi so;itaria celda dejárJase ¡rE:>rcibir la rnnf11s~1 idg(:– wra y festi\'l) jolgbrio de los níoi1jes, que al olorcillo d¡,1 a}t11,1rdieLte estaban que no cabían en sí. Me encaminé_ al reft,ctorio, recibit 0 11don P al entnir con mm salva de aplausos. AW eni dl' ver la rn1inrnci(m de los munjPs. Soltáhrinse desc011sertadamente las lengtws. y la clwrl,1. bulla y contento eran extraordinarins. r , Me contenté con un par d~ p,!i ;ecill.mt -dé sabroso gusto y nlgu1;0 que otru racii110 de ll\',lS y dMiles. tfocíanw. los honores el [\1,wstrn– Gerent:º, en sustitución del Abad Daud. que recorría la Abisinia ellÍ('– ra en iiusc" del perseguido Ahuna Mesías. a quien tenían c 1 elm1te. ¡l)esgr:1ciado de mí, si Sl'. per atan. que lo tienen entre sus ga1 nsl !'ero h Providencia velaba por mí; y aqm·llos pobres monjl·S de e11k11dimit~nto, no se preocupaban de otrn cos11 r¡ue de t'mpinar p] codo dt•rrochando copas a placer. Era este el comienzo del bw,n dü1. pues ,1I suculento almuerzo seguiría 1,, opip,1ra comida y ¡viva el Sliior Barturclli!, gritaban tocios a coro. ¡viv:, el seiior don Jorge! Mi rrmte~;tación se reducía a una sencilla sonrisa y conw.did11s pa– labras de gratitud, pensando para mis botones que aquel espuntú11t·o hosana facilmente podía trocarse en l'l , ¡tolh!, to lle crucifigc cum .. ! > 11. La fuente de San Antonio.--Acabada la hora del almuerzo, eclrnmos una cana al aire por las afueras del Monasterio. disfrutando del espléndido panormna que a su alrededor se; tendía. Un suspiro dt'. Hdmirnlión brotó esponüíneo de mi pecho al divisar en l1mtmw11za la;, purpurinas ondas del mar Rojo y puntos negros de h1s crestas del Si1rni. La monbíia de San Antonio se l'.Xtic~nde larganwnte formando cadena, en CU\'" extremo norte se levanta ,1 la ;,az(m el Monasterio de San An. tonio ~- t'll su parte opuesta la de San P,1hlo. Una <·streclrn caitáda rnrta \'1°rticdmente la cndena de montm1as y forma un reduci'do vnlle anwno v pintorPsco. que, S(;gún la tradicién sir·-,.¡{, de primera morada al pHtriafr;;1 de los ¡111:1coretas San Antonio. Existfa ya rn Pse fü-rnpo en la cumbre dé la colin:i nna ~·imdalosa fuente, adonde_;"] SHnt~ subía ~11ar¡·f\llWnte a beber de sus cnstahnas aguas, lo que rnen'c10 a,la fuente ül ape !ido de cfnentt, de San Antonio>. Establecida I.P-, vic•faJ:ontempfativa, el J\lonastériu ··dt, ~onstrm-ó en el lugar que hoy oqtpa runtiguo :1 la histórica fm;nte qiw cae en °la actualidad dentro ch:l rer'into 11101wrnl. Al regreso-pedí me cons Pila r•l :rnalt>mn dP In lgle:s;ia l"n t>I Conc.llo-1•ct1111é.11it·o dP CalcPdonia \ 11~)1}, ('ontirnlú HITas– lrando liarapo:.: apoyada r•n PI hra:;o dt> lo,s t.'t'nohiln~, lo~ t'l!ni{'-s lograron mucha:.; v1•1·p-:. poiwr a "n:-; pat'tidario~ Pn ¡a~ :,;pdt•::: palt·inrcnlt::si dr• .\ni !Otp1ia' ,lPr -~alt•n y A1Pjandna. Lo::– Papa'.', \r;1\Jnjaro11 inea11:,;nhlPs pn la l'P(•o11cil1acion dP t':silo-; lli~rt')t'~. pPro í'!<;O~ lralinjo:-, At' Psi1·ellard11 contra l,1 roca de :--11 ohslinado11. En PI ;')lH :,;p couvirlio gra,~ parle d1• l'llo:-::, pt>-ro Egipto.,· .\lll~i11ia qut>daron atlicloc" n la ht>rejia, e11yo:-:. sPct_ltll'(':-.; :-,;t• llamaron copio:-- (ctí""– liano~ d(•I anlig-110 Eµ·iplo). :\11P\"H!HPIJIP :,,;1.• ll'a!o dP la nnio11 Pn t'l Concilio de F'lorPn<'ia. pt>l'o la111poco l1n-if'l'<lll ft•l1z r,•:.:;uilado la-:. ¡:!('~lio11P~,. Pn~lt·r·o1·nu•nle lo:-: Snhl'rnno:-; Ponlí– fi<•t•~ lT!ll)Yai-011 :--11~ p~:f11Przo~ con t. l lllhtllO fin, s.in alcanzar la HIH'h•eida n11!f'11. (:.\"ola dt'i Tl'ndui'l 1 n·).