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-14- CABALLERO CONFERENTE, debes ser instrumento de la Bondad de Dios La anécdota última nos ambionb sobre la situación social l'll c¡uo naco11 la;; Confürencias de San Vicente de Paúl por obra de Ozanam. Es,te origen, que habrás oído muchas voces, te convi:·m· rncordarlo. Nada nos hace inti– mar tanto con el espíritu cfo una obra como !:'U memento de nacer. Tenía Ozanam vointl• años. Estudiaba Dc•rocllo. Poro d 1 _;jnnos que él mis– mo nos diga cómo on aquellos año 0 ,J.c juventud, le vino a la mento lo de las Conferencias.: ·'Entre nuestros condiscípulos había quionc•s eran materialistas, otros saintsimcnianos, algunos partichrios de Fcurrier y hasta otros alardeabau de deistas. Nosotros, que nos preciábam,1s de c:ü<'ilicos, aunque nos C\~forzá·• bamos en recordar a aquellos J)obres iluscs las maravillas del cristianismo, tralliajá:bamos en vano. '"I'enéis razón, nos replicaban, si os rdPrís al tiempo viejo. Entonces el cristianiBmo obraba maravillas. Pero hoy, pasado (fo moda, está condenado a muerto. Y si no, vosotros mismos, que os de ser católicos, ¿qué es lo que hacéis'?, ¿c¡u<, obras practicáis que vengan (i demostrar que tenéis fe y sirvan ,para que ncsotros las respetemos y admiremos? "Tenían razón nuestros contrarios, y teníamos nosotros bien merecida la re,pulsa. Debido a ella fué el que dijl'ramos: "Manos a, la obra. Que nues– tras acciones estén en armonía con mi:'stras creencias ... Pero, c,qué vamos a hacer? ¿Qué cbra emprender para demo"trar que éramos C(itólicos verda– deros? ¿Qué? Lo que es más >del agrado de nu;•stro Señor: amar al prójimo y socorrerle, corno lo hacía Je:sucristo, y poner nuPstra fe bajo el amparo de la caridad". La caridad en la calle, (•n el lnrrio proscrito, en las viviendas hacinadas: he aiquí la idea primera rle Ozanam. Paa que nazc'.:ln las Conferencias se necesita ya tan solo el último golpP. Un día, al salir de la Conferencia dt, Historia, lYibla con un compañero y ambos se dirigen al tugurio de un pobre. Días más tarde so reunen varios estudiantes parfi discutir los planes de Ozanam. Charlan, deliberan, contro– vierten y al fin ... e.prueban. Una voz exclama: "Formemos una Conferencia de Caridad". Con un "sí" responden todos. Las Conferencias de ,San Vicente de Paúl acaban de nacer. La monjf:l de ia Caridad, Sor Rosalía, señala los primeros pebres. Con ello 1-a obra se pone en marcha. Era el año 18:33. Quince años después estalló la revolución proletaria. Sabemos la actua– ción de Ozanam al lado del Arzobispo do París, que muere por oir el consejo ele paz que aquél lo propuso. Un año más tarde, Donoso Corté:s enjuiciaba en el par1amento esJYañol la

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