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AGAPITO DE SOBRADILLO muchos prinopws sustent:Hlos por los Códigos sün aplicables, al menos por analogí~1. a la,; relaciones surgidas entre las personas por la .fecunda– ción artificial. En adelante se impone que los ( 'i'idigcs tomen medidas cn1L retas, n:gulando esas relaciones. 2) DÍ fccu11d,1ció11 arufícial fu, 7 rtí del 111atrimonio El Papa la proclama abiertamente t pnt.:~ta a la rnoral : "2. 0 La fecun– dación artificial fuera del matrimonio ha ele condenarse pura y simple. mente c;,mo inmoral. Tal es. en dectn. la ley natural y la ley positiv;i de que la procreación de una nue,·a ,-ida no puede ser frnt0 ,ino de: ma– trimf ,nio. Sc'i'.o el matrimonio salyaguarda la dignidad de los <:sposos (prin– cipalmente el de 1 a mujer en e~te ca,;o). su hirn pers( nal. De suyo s<'ilo él provee al bien y a la "'rlucaci(m del niño." En las antericre~ pa'abras está resumida toda la clnrtrina tradicional de la I glcsia acerca del matrimonio cristiano. El Papa aduce cuatr : razones para probar la inmnralidacl de la fecun– daci(m artificial fuera dJ matrimonio: a) La ley natural exige que la procrcaci(m de una m1eva vida se rea– lice t"n ei matrinnnio. En z:fecto, la procreaci(m, por ley natnral. nn• puede llevarse a cab0 sin qne pr<'sten su concurs,, do,; individuo,; ele cli~tinto sexo, cada uno de J¡ s cua·es es libre ele ejercer sn ckrecln a (lar principitJ a una nueva vida. E.~ imprescinclibk, pcr tanto, que ambu~ ;;e pongan de acuerdo. es decir· se necesita que entre ellns haya un contrato.. \hora hien. este con– tra'o no puecle tcrmi1nr Ci'll el acto procreador, sino que clehe ser dura– (kro. ¡;0r así exigirl<1 el bien ele la prole. a cuya educación ií~ica, moral e inteícctual deben contribuir lo~ clD"- prog,·nitores. Este contrate, duradero, 1wrpetuo. es el matrimonio Lq). Tf da prucreación, por tanto, que tenga lngar, hirn S<:a ele nna manera natural o bien artificial. fnera ele! matri– monio, es contra las exigencias ele la ley natural, luego inmoral. b J La ley divina positiYa exig·e también qne la procreación se wri– fiqne en el matrimonio. P,,r una parte, Dio~. cuando lT,'<'i el primer hombre, instituyó el ma– trimonio, asignándole como fin primcrclial la procreación: "E hizo Dios al hombre a imagen suya, a imagen el<: Dios los hizo, y los hizo macho y hembra; y los bendijo Dios. diciéndoles: Creced y multiplicaos, y hen– chid la tierra" (25). '\- Adán, rcfiril:ndo~e a Ei;a, exclamó: "Por est@ ;JJ¡ cr. ~ODHAIHLLO., Da f>l'OCl't'al{on et fil Sft'rifisa/ion {Pari.:. 1~:1-J'i, pp. 45-"í'?. t:!5"i (i('Il. 1, :.17-28. -12-
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