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Hay que tener, además, en cuenta que la temática de la literatura apocalíptica extrabíblica no fue siempre igual. Así la apocalíptica más antigua (véase Enoc I, 6- 36) desconoce la angustiosa espera del final de los tiempos, muy presente en obras posteriores. 2. OBRAS APOCALIPTICAS MAS IMPORTANTES A. Los libros de Enoc Con el nombre del patriarca Enoc existió, antes y después de Cristo, una impor– tante producción literaria, citada comúnmente como Iº, IIº y IUº libro de Enoc. Si a esto se añade que el Iº consta de diferentes unidades, distintas por su temática, esti– lo y cronología, nada extraña que pueda hablarse de una "literatura enóquica". a) Enoc etíope (Enoc !) Principales secciones Esta obra es un compuesto de cinco libros (Pentateuco enóquico): - El de los vigilantes (caps. l-36) - El de las parábolas (caps. 37-71) - El de la astronomía (caps. 72-82) El de los sueños-visiones (caps. 83-90) - Las admoniciones (caps. 91-107) que incluye el Apocalipsis de las Semanas El libro gozó de gran popularidad en los primeros tiempos de la Iglesia, pero luego perdió actualidad, conservándose sólo en el canon etíope. Varios pasajes tuvieron quizá un origen independiente; los que se refieren a Noé mencionado por el Libro de los Jubileos. El texto etíope se descubrió en 1773. Se poseen fragmentos griegos y latinos. La fecha de composición oscila entre los siglos II-I a. C. Dado su carácter plural describiremos cada unidad siguiendo el posible orden cronológico de su composición: El libro de los vigilantes (1-36) s. III a. C. Esta sección es en sí misma una obra compuesta de diversos cuerpos. Comienza con una parábola de Enoc sobre la suer– te de los malvados y de los justos (caps. 1-5). Tras ese preludio comienza propia– mente el Libro de los vigilantes que cuenta el pecado de los ángeles por su unión sexual con las hijas de los hombres, y la consiguiente desmoralización de la huma– nidad. Dios pronunció entonces el destino de los ángeles: "Ata a Azazel de pies y manos y arrójalo a las tinieblas...; que permanezca allí eternamente..., hasta que en el día del gran juicio sea arrojado al fuego" (I Enoc l 0,4-6). 94