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l. EL GENERO APOCALIPTICO DENTRO DE LA LITERATURA INTERTESTAMENTAL En la presentación de esta asignatura y en el capítulo primero de la primera parte de la misma, señalamos ya las peculiaridades básicas de la llamada literatura apo– calíptica tanto bíblica como extrabíblica, y allí mismo precisábamos cuál es el puesto que ocupa esta última en el marco de la literatura intertestamental. Recordamos aquí lo dicho en aquel momento sobre este importante y original tipo de literatuma y añadimos que sus autores no se denominaron apocalípticos ni titularon así sus obras. El término fue adoptado más tarde dentro del mundo cristia– no habida cuenta de los puntos de contacto entre estos escritos y el libro neotesta– mentario del Apocalipsis. En la actualidad existe una cierta diferencia de criterios por lo que se refiere a la naturaleza concreta de la apocalíptica: ¿se trata de un sim– ple género literario o estamos en presencia de una corriente de pensamiento religio– so? Algunos autores, como James Barr, optan por integrar ambos aspectos y proba– blemente están en lo cierto. También en el primer capítulo de la primera parte se habló de los posibles y pro– bables orígenes de la literatura apocalíptica. Subrayemos que en el estado actual de la investigación no debe considerarse el libro de Daniel como único padre y mode– lo de la apócalíptica. El descubrimiento de la obra apócrifa denominada "Enoc etío– pe" (algunas de cuyas partes deben fecharse como mínimo a finales del siglo III a. C.) revela que el género apocalíptico estaba bastante desarrollado antes de la com– posición del libro de Daniel, y que sus raíces hay que buscarlas en distintas direc– ciones, incluso más allá de la relación con la profecía y la literatura sapiencial. Sabemos ya de acuerdo con la significación etimológica del término que esta– mos en presencia de una literatura de "revelación". Su objeto lo constituye lo que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni al hombre se le ocurrió pensar que Dios podía tenerlo preparado para los que lo aman (l Cor 2,9). Pero el que se trate de una literatura de revelación no significa que sea fácil determinar los contenidos propios y preci– sos de una obra apocalíptica, y en consecuencia establecer el catálogo exacto de escritos apocalípticos. Con frecuencia se constata la existencia de temas y motivos característicos de los escritos apocalípticos en otros que no lo son; y al revés, obras claramente apocalípticas no presentan todas las peculiaridades propias del género. Lo que no impide que se den unas líneas fundamentales de coincidencia que ya intentamos individualizar en el varias veces citado primer capítulo de la primera parte de nuestra asignatura, al que una vez más remitimos. Algún autor ha tratado de concentrar los elementos fundamentales de toda apocalíptica en estos dos: La creencia en la vida ultraterrena, bien a través de la resurrección, bien por medio de la inmortalidad del alma. - El convencimiento de que al mal tiene su origen en una esfera superior del hombre. 93

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