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La técnica para llegar a esa demostración era peculiar: se distinguía entre la prueba propiamente dicha y la razón de congruencia. Para el establecimiento de la prueba se elaboró toda una minuciosa serie de normas o reglas (middoth). Los temas de la investigación jurídica de los estudiosos de la Torá eran, funda– mentalmente, los que aportaba la Torá misma: preceptos referentes a la oración, los sacrificios y la práctica religiosa en general. Pero su actividad no quedaba circuns– crita a esa temática primariamente religiosa; el derecho civil, sobre todo lo relacio– nado con el matrimonio, y el derecho criminal también centraron el interés de los halakistas. El derecho constitucional, en cambio, casi se desatiende. La Torá apenas ofrecía oportunidad para su desarrollo, y la situación política del momento, ade– más. tampoco lo propiciaba. al ser este un tema regulado por los poderes político– civiles. b) Haggadá El término "haggadá" o "aggadá" proveniente de la raíz hebrea "higgid" (hgyd): "narrar", "relatar", designa la literatura rabínica que explica la Biblia homilética– mente; o una enseñanza no halákika de una pasaje de la Escritura. Centrada en la elaboración de los pasajes históricos y ético-religiosos de la Biblia, su procedimiento y objeto difiere de los de la Halaká. El punto de partida es el texto, pero un texto reelaborado. La historia se escribe de nuevo combinando diversas formulaciones textuales o completando un texto con ayuda de otro o estableciendo una nueva cronología... Las secciones ético-religio– sas, a su vez, también se reescriben interpretando antiguas doctrinas a la luz de las enseñanzas de los profetas o de sus sucesores. Pero este tipo de exégesis (midrash haggádico), próximo al texto, es desbordado por otra lectura más libre. que aborda el texto desde una perspectiva menos ceñida a la letra, y lo completa con aportaciones propias. Las "doctrinas" históricas y mo– rales elaboradas con este procedimiento son conocidas con el nombre de "hagga– doth" o "aggadoth". Este procedimiento hermenéutico presenta la singularidad de haber producido Sagrada Escritura. Un testimonio singular de relectura de las secciones históricas lo constituye el libro de las Crónicas. Una comparación con sus paralelos de Samuel y Reyes demuestra que el Cronista, con sus adiciones, silencios, desplazamiento de acentos y reinterpretaciones, lo que hizo fue escribir de nuevo la historia anterior desde una perpectiva diferente. Y seguramente nunca se le ocurrió pensar que la estaba tergiversando. Al ajustarla a las necesidades de su tiempo estaba seguro de mejorarla, manteniéndola como maestra de la vida. El método floreció en épocas posteriores. Las historias de los patriarcas y de Moisés centraron la atención y la actividad de los estudiosos de la Torá, aunque no se circunscribe a ellas. También la era posmosáica fue objeto de su estudio. La literatura que conserva vestigios de historiografía haggádica es relativamente rica y variada. Las obras de los helenistas Demetrio, Eupólemo, Artápano, Filón y 60