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3. RELACION ENTRE PROFECIA Y APOCALIPTICA Aunque el término "apocalíptico/apocalíptica" no haya sido definido aún de modo totalmente satisfactorio. lo que sí es verificable históricamente es que se trata de un fenómeno ideológico-literario surgido dentro del judaísmo tardío. Ahora bien, un fenómeno literario tan señalado no puede por menos de haber tenido su prehistoria, su marco histórico-vital concreto. Algo hemos dicho ya sobre el parti– cular en el primer apartado de este capítulo. Tratemos aquí de profundizar un poco más. Atendiendo al marcado interés de la apocalíptica por los "acontecimientos del fin" (los "ésjata"), no debe extrañar que se hayan buscado sus orígenes en los orá– culos de los profetas. A este respecto conviene tener en cuenta la conclusión a la que llega G. von Rad: No debe supervalorarse que la apocalíptica tenga conciencia de no ser profecía, y que en ocasiones hable del fin de ésta. En cambio, sí es de– cisivo que su modo de entender la historia sea inconciliable con el de los profetas. Desde la perspectiva específicamente histórico-salvífica del mensaje profético, es decir, desde su radicación en determinadas tradiciones de elección (éxodo-alianza, David, Sión), no hay ningún camino que conduzca a la imagen histórica que tiene la apocalíptica; ni tampoco lo hay hasta la idea de que los "ésjata" están determina– dos desde los orígenes. (G. von Rad, Teología del A. T., pp. 387/388) Además, si la apocalíptica derivara de la profecía, resulta un tanto extraño que, aparte las diferencias señaladas, no aluda a los grandes nombres de la profecía, sino a los antepasados representantes de la sabiduría: Daniel, Enoc, Esdras, etc. Esto ha conducido a no pocos estudiosos a considerar el movimiento apocalíptico enraiza– do o conectado particularmente con las tradiciones sapienciales cuya pasión es el conocimiento. Lo que no significa que las cosas estén, ni mucho menos, perfecta– mente definidas. Así por ejemplo se expresa un conocedor del tema tan experto como M. McNamara: 16 Los orígenes de la apocalíptica son mucho más complicados. La tradi– ción apocalíptica israelita tiene dentro y tras de sí variedad de tradi– ciones. Tuvo contactos no sólo con sabiduría de Israel, sino también con los círculos sapienciales del Oriente Medio, por ejemplo con las escuelas de Babilonia y, al parecer, también con la tradición cananea. (M. McNamara, Intertestamental Literature, p. 52)

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