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vez metidos en el engranaje, debían llevar hasta el fin la lógica de su fic– ción. d) Simbolismo y ambigüedad del lenguaje. La verdad es que el símbolo per– tenece al corazón del hacer literario semita. Los profetas lo habían empleado con profusión, pero para los autores de apocalipsis el símbolo se convierte en necesidad. Y es que al tener que hablar de cosas pertenecientes a la órbita de lo misterioso, de lo no conocido experimentalmente. nada como el len– guaje simbólico se adapta a las exigencias del género. La dificultad para el intérprete y el lector moderno, sobre todo el occidental, dificultad que a menudo se convierte en una verdadera cruz, estriba en la gran cantidad de símbolos y en la no rara incoherencia de los mismos. Pero hay más. Las realidades apocalípticas son tan inefables que ni los símbolos son suficientemente válidos para expresar con precisión la idea querida. De ahí que los autores de apocalipsis acudan con frecuencia al len– guaje apoximativo, al uso de palabras de contornos imprecisos, al empleo masivo de los términos de comparción: "como", ·'semejante a", etc. He aquí un par de ejemplos: Su cuerpo era como el crisólito, su rostro brillaba como eljúlgor del relámpago, sus ojos eran como antorchas de.fuego, sus brazos y sus pies como el destello del bronce bruñido, y sus palabras resonaban como rumor de multitud. Yo me aproximé a un magnífico palacio; sus muros eran como un mosaico en piedra de cristal, su techo como el camino de las estrellas... , un palacio ardiente como el.fuego y fdo como la nieve. (Dn l0,6) (Enoc 14,10-13) Como conclusión de este esbozo de las notas distintivas del género literario apo– calíptico, digamos que la constatación de que todas ellas suelen confluir masiva– mente en cada escrito apocalíptico concreto, restan originalidad y calor a dichos escritos. Todas las apocalipsis se parecen, todas tratan el mismo tema general; todas presentan el mismo cliché ideológico y literario. Es como si estuviésemos ante una novela en la que de antemano conocemos el tema, el desenlace y los recursos literarios utilizados por el autor. Ello hace que nosotros, los lectores de hoy, permanezcamos relativamente fríos ante este tipo de literatura a pesar de su espectacularidad. Sin embargo, la impresión causada a sus contemporáneos debió ser muy otra, pues de hecho estos escritos deben su existencia a uno de los senti– mientos más profundos y ardientes del alma judía. 15

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