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8 Mr'.LCIIOR DI~ POBLADURA de Inguanzo, notable fué por su aplicación, pero más notable aím por h sencillez de su trato y por la inocencia de sus costumbres 17 • El Sr. Llanes, arzobispo de Sevilla 18 , noticioso de lo mucho que pro– metía el joven Inguanzo, deseó tenerlo en su compañía y fijarle en el estado eclesiástico, a que Je llamab.an su vocación y sus estudios. Pasó In– guanzo a Sevilla de familiar del Sr. Arzobispo y proveyó en él la pres– t~unera de Almadén de la Plata, que le sirvió de título para su ordenación. Concluyó sus estudios en la Universidad de Sevilla; recibió en ella el grado de Doctor y obtuvo por oposición una <k las cátedras de derech,) canónico. Vacó a la sazún la Doctoralía de Ovicdo y se inscribió en el número de opositores. La brillantez de sus ejercicios hizo que el Cabildo le votase para ejercer tan elevado cargo. Empezó en él la vida pública de Inguanzo. Celoso por los derechos de la Iglesia, salía a su defensa cuando temía que se menoscavasen, y ejerció sn destino con celo y sabiduría. No ignorz,Ji;t <lt quién eran los sobrantes de s11s rentas; su caridad era ilustrada; era espléndido y generoso en sus limosnas, llegando algunas a la cantidad de seis mil reales. Socorría a los menesterosos por mano de los párrocos; dotaba huérfanos y procuraba afü·iar la suerle de los desgraciados. Su mo– destia le hacía buscar medios ingeniosos para ocultar sus beneficios; pero la gratitud los descnhría. No vivía, empero, en agresto retiro y en el re– traimiento del <:enobita. Frecuentaba el trato honesto de personas distin– guidas; las recibía y obsequiaba en su casa; y conocía perfect,uncnte el contacto benéfico y moralizador r1ue debe el eclesiástico con la sociedad que le rodea. No dejaba embotar ,;us conocimientos ni descansar sus libros. \'acó h Doctoralía de Santiago y volvió con gusto a los trabajos escolásticos y a los ingratos ejercicios de las oposiciones. Estaba escrito que España había de ser codiciada por un Conquistador y que el Guerrero del siglo había de yer deshechos a manos de ejércitos victoriosos los Yeteranos de Italia, de Austerliz y l\farengo. Asturias fué la primera provincia que se declaró contra Napoleón. Mirando por su segu– ridad el estado de aislamiento en que se encontraba, creó una Junta supre– ma de Gobierno y llamó para formar parte de ella en la sección de Gracia y Justicia al Doctoral Inguanzo. Con sus luces, con sus consejos, con sus escritos con su dinero, cooperó eficazmente al éxito de la empresa; desem– peñó arduas e imporbntes comisiones y con la Junta se trasladó a Castro– pol, cuando los franceses ocuparon la capital de la provincia. En Cádiz se reunieron hombres influyentes de diferentes puntos, <le- 17 Traducción italiana: «dokezza del tratto ali innocenza tlei costumi, s1 esercito pure nella musica e ne! canto» (p. 195b). 1 " El Sr. A'.tfonso Marcos L!anes obispo <le Segovia fué trasladado a la sede de Sevilla el 8 diciembre de 1783, y allí murió el 7 <le enero <le 1795. Cf. P. B. GA:us, Series cpiscoporum, 73. 334

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