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- A ivlANERA DE PROLOGO Los versos del padre !Vlarceliano de Villa Bermudo están avalados principalmente por la inspiración y la espon– tánea fluidez y musimlidad que hacen de sus estrofas verdaderos cantos místicos. Siervo del Seiior, sus temas pleno,.,. de emoción, cantan la universalidad del anwr divino, haciendo del Mundo su patrÜí terrenal y llevando a sus versos el espectáculo ma– ravilloso de la Naturaleza como obra del Suprenw .Ser. Así, el Padre Marceliano de Villa Bermuda canta, sin distingos . ni J.Jreferencias, a las grandes sabanas cara– queíias, al faro de luz divina de su convento nwra<·aibero, a la campiiia cubana con sus palmeras cimbreantes y a la gloria imnarcesible de nuestro Apóstol ]osé Martí, con motivo de la f echa centenaria de su nacimiento. La exquisitez de sn teniperame11/.o artístico y la sensi– bilidad de su corazón de misionero evangélico, se des– bordan tienJ,a y apaciblemente en aquellos bien logrados versos en que cuenta a su madrP lejana, compañ.era e ins– piradora ante Dios de su apostolado, las impresiones de su nueva vida y la exhorta a rPndir alabanzas per(letuas al "Divino Prisionero". La afabilidad de su carácter, la bondad de su piadoso corazón y su naturaleza noble y caritativa, sus virtudes todas, se plasman en su obra poética, que nos ofrece con la humildad característica de aquellos que están al servicio del Señor. Conocerhs al árbol por sw; f nllos, dijo Cristo con w . suprema sabiduría. Así ¡wdréis conocer al Padre Marce– liano de Villa Bennudo por estos 11ersos ¡1letóricos de Amor. DR. ARTURO M. CASTRO V ALERA