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(65) BL P. PBDRO TRIGOHO rrn O.A.LATAYUD bargo, que aun con este método era compatihlfl su autoridad. Confesamos qnfl así es, y que precisamente por Psto experimen– tamos aquella desilusión de que hablábamos al principio. 3. - P. Litis de Caspe (1586-1647). Para, debidamente apreciar la relación que pudiera f~xistir entre el P. Trigoso y el P. LuiEI de Caspe (l), es menesfor no olvidar lo que este último escribe al explicar el método seguido en su obra: « Bu referir, nos clice, y criticar la opiniones ajenas no me detendré, a no ser que lo Pxija así la nt>ct>sidad, a fin de procurar ser breve y para qtrn no rpsulte demasiado voluminosa esta obra. Por la misma razón, la sentPncia quP yo sigo, que easi sif•mpre es la más común, defiéndola 1m1is con razones que con la autoridad y cita de mnchos Doetor<!S >1 (2). FiPl a este su propósito, casi nnnca cita los autores que con él convienen o de él disienten. A nuestro Trigoso cítalo nna sola vPz, al tratar dP si el lwnen gloriae puede sPr o no connatural a alguna cria– tma, y lo cita precisamentP parn determinar h1 c1°nsura de la tpsis ('Pract. II, disp. IV, sect. 6). Por otra parte, ni siquiera d<!ntro del campo del 'l'omis1i10 signen el mismo criterio. Y S(' comprendP fácilmente, to<la vez quel P. Luis prescindiendo casi por completo de la autoridad de S. Buenaventura (de lo cual se lanwnta mucho el P. Barbpris en su curso teológico), se encontraba libre para, emitir sn parecer que 'I1rigrnw, el mrnl, peocupado por su afün de conci– liaci6n, muchas veces no se atrevía tal vez a manifestar su pen– samiento tan claro como la concebía. Así y todo, la mayor parte de las veces están concordes en su:,; explicaciones: ambos de– fiendPn contra Bscoto que la simplicidad de Dios no es perfec– ción simpliciter simple,JJ, sino que se funda eu una perfección 8impliciter simplex ('l 1 IUG., q. 3, 11. l, dub, 2; Lun. CA:'\P., tract. I, disp. 3, s. 2); ambos niegan la distinción formal <fo Escoto 1,ntre los atributos divinos ('l11nu., q. 3, a. 2 dub. 6; Lun. CAsr., t. I, diBp. 1, s. l), aunque no convi1\1wn en spñalar el funda– mento de la <listinci6n que C"xiste entre ellos; ambos defienden el apetito natural de vPr a Dios, aunque no Jo explican del (1) Cw·sus theoloyicu,, materias quae in Sc/wlis iracli et legi solent, senindum onlinem D. Tlwmae, Lugduni, 1Gt1. Annqne el P. Luis de Caspe no haya es1,rito nada acerctt de S. Buenaventun,, lo citamos aquí para compararlo con 'rrigoso, no como bnenaventnrista sino como teólogo simplemente. Ad lectorern.

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