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402 P. MELCHOR DE POBLADURA. (58) Observancia veían surgir en aquel movimiento un competidor que aspiraba a la primacía de la Bscnela franciscana, primacía ya dP algún tiPmpo atrás adjudicada al Doctor Sutil y Mariano 1'Jseoto, fu1~ra qne el olvido de la doctrina <le S. Buenaventura había crParlo Pn los ee1itros científicos una especie de descon– fianza Pn sn competencia teológ·iea, lo cif'rto es qut> al tiempo <1ne 'l1rigoso daba a la estampa su Suma, no era mirado el Se– ráfico Doctor con muy buenos ojos (1). ¿ Y hubiera sido muy prmlPnte lanzars(• a la palestra, arrostra1Hlo dpsde un principio todas estas dificultadPs, y exponerse a no ser creído rfo muiie y a p(~rder todo lo hasta mltonees conquistarlo (por lo menos dentro de la Orden) haciendo dP S. Buenaventura un maestro <le escuela <:omo S. 'l1omás y lfürnoto, contrario a uno y a otro, o per lo mPnos complAtamente indepentliPnte dt> entrambos? 'ranto más <JUP ni 'Prigoso ni Corig;lia110, ni ningún otrn de los primeros Comentadores <J,, S. Buenaventura poseían nna educación 11eta– nw11te btwnaventnriana. De aquí que PI método más indicado ¡mm intro<lucir en las esc1wlas la doctrina de S. Buenaventnra y llegar con el tiempo a presentarla como un sistema propio f'm a nuest,ro n1tender; PI de una concordia bien entendida, la cual poco a poco diera a conocer la solidez y claridad de la doctrina del SPráfico y la hiciera amar (porque es ésta una de aquellas cosas q1rn no piwden conocerse sin arrn1rsP), hasta que ll<'gara, PI tiempo oportuno de dc,clararsc, por su indepcnrlpncia y autonomía,. Y qne éstn y no otro ftwra el anhc,Jo de las sabios y nni– versidacles de entoncPs, PS deeir, unificar en cuanto posihle la doctrina del Doctor Seráfico con la del Doctor Angélico, dá– noslo a entender el P. ,José Gihalino, Rector del Colegio de los ,TPsuitas de Lyón, al aprobar la obra acerca de S. Buenaventura escrita por el P. Buenaventura de Langres. <1 Dig·na es de im– mortal gloria, dice, porque encierra en sí lo que exigía la teo– logía, lo que deseaban las Academias disidentes, convif'Iie a salwr, qne las opiniones de los dos Doctores se fündieran en una sola doctdua, que un solo rayo de luz, proveniente de en– trambos soles, ilnminara la cieneia sagrada. A estos dos Doc– tores, pues, ha unido y conciliado eruditamente (el autor) a fin de que las Academia;; católicas puedan enseñar mas potente– mPnte >> (2). 11; Cf. Il)l(/. Cf. Boillwenturae Bo,uwentura et Thomas, seu ww Lngrluni, 1G55.

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