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392 P. 1\I:EJLCIIOR DE POHLADUIU. (48) puedf, ser justamente llamado libro de la vida, porque Bl mismo es la vida verdadera y a los hombres enseña la vida eterna y a ella seguramente los conduc(•, ptrn.-; El es el camino, la verdad y la vida (l); con todo, S. ,Juan llánrnlo principalmente libro de la vida porque fué sacrificado desde c,I orig(,n del mundo. Y a la verdad, suspendido en la Cruz, BI PS el mejor libro de la vida, no solo porque su muerte es nu<~stra vida, vida y resurrección del pecado, vida <le la grncia pt·esPnte y de la felicidad sempi– terna, ma8 también porque levantado en el madero de la Cruz está allí expuesto mm! fanwso y patente libro, no compuesto de papel o pergamino 8Íno formado dn la carne y miPmbws de Cristo, no escrito con tinta, sino con la sangre preciosa e incon– taminada del Cordew Inmaculado, no grabado con plumas sino con espinas y clnvos, azotes y lanza, y sujetas su'! hojas con los dos maderos de la Cruz. Este es el libro del cual puede cier– tümeute todo cristiano copiar una perfecta forma de vida; y 110 hay ninguno por rudo e ignorante que sea, que _quNiéndolo él, no lea y aprenda allí, como en cifra y compendio, todo cuanto es necessario para vivir cri8tiana y piadosamente, conviene a saber: humildad profunda, olwdiencia suma, altfainrn pobreza y sublime desprecio del mundo, eontinm1 paciencia, dolor increible, tolerancia, caridad ardentísima y todas las otras virtudes riecP– sarias para la consecuci6n 1le la. vida eterna. Por esto precisa– mente quiso el libro de la vida del Oordno, abi(~rtas todas Jm; páginas del volnmPn de came, sPr expuesto y extendido como en un atril, para. que nosotros pudiéramos leer en la efigie de su cuerpo crucificado y contemplae en él, como en un espejo, cuál deba ser la perfecta forma de vida de un cristiano, es decir, para que se regule en conformidad con la imagen de Cristo Crncificado, que no sólo negándose a sí mismo todos los días tome su cruz y siga a Cristo, sino también (y esto es todavía más glorioso), que su alma, su cuerpo, sus manos y pies, y todo su ser, en suma, lo emplee en el servicio divino, que crucifiqt1{' su carne con sus vicios y concupiscencias para. que pueda glo– riarse con el Apóstol que dice: Clavado estoy en la Crnz con Cristo (2), crucificado está el mundo para mí y yo para el mundo, yo llevo en mi cuerpo las señales de Cdsto ,Jesús (8). Tal es el libro de vida del Cordero sacl'ifica<lo. desde el origen del mundo, porque realmente desde entonces fué crucificado ... Joan. XIV, 6. Gal. II, 19. Jbid., VI, 14, 17.
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