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P. }IELCJIIOR DE I'Ol3LADURA (4G) Crisóstomo, que está a punto de apagarse, se le infunde de nuevo aceite para que reviva e ilumine, así obra Dios con los enfermos en la caridad ... Así obra contigo Dios Optimo :VIáximo para que Pl fuego de tn amor hacia BI de todo en todo no se extinga; porqtw todos los días, y aun todas las horas y todos los momentos del día, aüade bent~ficios a bendicios pí1ra que PI incendio de su amor crezca en tí mfü; y más. Pero <mando ya uno ha avanzado algún tanto Pu el camino de la perfección, prné– balo con tentttcioues y trabajos, tribulaciones extfü•nas e inter– nas. De e:,;tc, modo se portó con el pueblo hebreo a quien sacó con potente brazo de la, esclavitud de Bgipto, y hwgo lo tentó en el desierto con hambre, sed y e1wmigos: dP estP modo con– virtió a S. Pablo, arrebatándolo primero al tercer cip]o y reve– lándole luego cuánto convenía que padPciera por su nombre. Apmndau, ¡mes, de t•sta doctrina los maestros de novicios a formar a los snyos, alimentándolos primNo, como una buena madre, con las celestiales consolaciones para probarlos luego con el pan duro de la lil'ibulacióu. A,sí hacía S. Pablo, el cual decía: Como a niños en Cristo os he alimentado con leche y no con manjares sólidos (1). Aprendan tambíe11 los pn•dicadores y los doctores, a fin de que los unos desde el púlpito y desde la cá– tadra, los otros expliquen debidamente los misterios !le uuestra fo, eorroborando las almas de los débiles )) \2). Entretiénese con singular afecto a, estudia,r aquellas cues– tiones que particularmente hablan al corazón y mnPv,•n la vo– luntad. « Perdonadme, os rn<>go, escribe despné:,; de haber di– sertado largamente acPrm1 lle la Bncarrmción del Verbo, si <·xcedí los límites de la brevedad, pues la grandeza y excelencia d<1 este misterio me forzó a e:,;cribit· estas cosas » (3). De todo se sirve para sacar devotas conclusiones que inflamen el alma en deseos de las cos11s del cielo, para que despreciando las de la tierra se eleve como por una escala hasta, el trono del mismo Dios. ¿ Qué otra cosa son las criaturas, :-,ino algo así como unos brillantes espejos en los qne se reflejan potentemente la bellezza, y sabiduría de Dios?; ¡ Y nosotros ponemos eu ellas nuestro amor y nos deleitamos en Pilas, cual si ellas solas pu– dieran b1~atificarnos! ¿ Qué otra cosa es la creación visiblt·, sino un vestigio e imagen de Dios por la que todos dPbemos llegar a su conocimiento de El? i> (4). I Cor. III, 2. Q. 1, a, 3, exp. text., not. B. Q. 6, a. 6, exp. text., not. 3. Q. 7, a. 2, exp. te"'t., not. 3 y 7.
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