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380 P. MELCHOR DE POBLADURA (36) seguidores del Doctor Seráfico » ( 1). Oasi con idénticas palabras se babia expresado diez años antes al escribir el Proloquimn a su Curso filosófico: « Nunca, dice al expo1wr el plan que ha de seguir, llevaré violentamente al campo tomista o escotista a S. Buena– ventura, como otros muchos lo han hecho, los cuales aun siendo y todo muy doctos, comoquina que habfan sido educados ('n di– chas escuelas, falsificando (con su permiso sea dicho) el verdadero y genuino pensamiento del Doctor Seráfico, más bien han de ser tenidos por adversarios que por comentadores de S. Buenaven– tura» (2). Y en otra parte, precisamente hablando de los Padres Trigoso, Bauduen y Corigliano, y escudándose también aquí con la autoridad de Ferchi de Veglia, vere fidelissimus sectator doctrinae seraphicae (3), dice que « estos autores muy doctos por otra parte, a causa del amor qtw profc>sa,n a la doctrina tomisti1 traen t1l Seráfico Doctor al campo de los contrarios, en lo cual no apa– recen corno comentadores sino como adversarios)> (4). (1) Oursus theal., t. I, disp. ,1, q. 2, n. 87. (2) Flores et fructus philosophiri... seu C!ursus philosnphicus acl mentem S. Bonaventurae, vol. I, Prolor¡uium, Lugduni, 1677. (5) No hemos podido examinar el libro de ]'erchi acerca de los Angeles (De Angelis ad mentem 8. Bonaventurae. auctore MATTHAE/J VEGLENsE, MIN. CoNY., discípulo Seraphico, theologo publico Petavii, 1G58), que es, según parece, su obra maestra como bnenaventnrista. Sólo conocemos sus Apologías de Escoto (,tpo– logíae pro Joanne Duns Scoto, Docto1'e 8ubtili, libri t1·es, Bononiae, 1620), pero realmente de ellas se desprende que debía ser un fino amante de S. Buena– ventura. Profesor de nrtes y teologíri. en Bolonia, y más tarde ministro pro– vincial, fué encargado por su General que escribiera la defensa de Escoto con– tra las impugnaciones de ,luan Federico Matenesio, Abraham Bzobio y Pablo J. de Como. l!Jn esta defensa o apología no pierde ocasión de declararse discí– pulo de S. Buenaventura. Ya en la dedicatoria que de elln hace id P. General le dice: "Elegísterne a mi que no solo privada sino públicamente he profesado la doctrina seráfica, impugnando varias veces los dogmas del Sutil "· Y en otra parte dice francamente: " yo sigo a S. Buenaventura y no a Escoto (l. II, n. 59, p. 93) "· "Yo a la rninorítica familia pertenezco, seguidor soy del Será– fico no del Sutil. porque aquél es más apto para amar Hapientemente y éste p;ua conocer (l. 111, n. 32, p. 56) "· A pesar de estos testimonios, el P. BERTOKJ (Le bienheureu:r .lean Duns Scot, sa vie, sa doctrine, ses clisciples, p. cl,tl, nota, Levanto, 1917) dice qne Ferchi clehe ser contado en el número de los concilia– dores. En el libro I, n. 31, p. BB, el P. Ferchi cita al P. Trigoso remitiendo a él, cuando trata del método escolástico. í+) Ct'. Cursus theol., t. I, disp. V, q. 7, 11. 193. - No creernos <1ne pneda aplicarse al P. 'l'rigoso lo qne en otrn parte esc1ibe Barberi&: "La causa, dice, por que el Seráfico Doctor en muchas cuestiones suele citarse a favor de opi– niones abiertamente contraria,,; a sí mismo, a sus principios y doctrina, es o porque apenas han saludado sus escritos en la superficie, o porque ur¡ buscan el verrl.trlero sentido de sus p:dabrns comparando texto con texto, o porque grega;·ío modo lo citan porque otros así lo hacen " (Cursus phíl., vol. II, t. I, q. 6, n. 7&3).

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