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(13) ET, P. PBIHto 'l'Rff;o¡;;o ng C.\ LA'!'.\_YlTD Con todo, el P. 'l1rigmm durant,,, los afws <le su IH~nrnmPncia en los Países Bajos, principal mentP como sn¡wrior de la reRi– rlencia d,, Amhen,s, trabajó con dPnnf'do y entusiasmo por cfo– feuder los intereses de la Compaüfa, siendo nna dP sns figuras mns import:11ÜPH y popularPs en B(>lgica por aquel 1~ntonces (1). (~ué PS lo (JUP hizo e>u Bspaña y en qué Sf' empleó desde este · año hasta sn ingreso Pn la Ord<>n Ca¡rnehina, no hemos podido ave>riguarlo. j_ - El P. Tr(qoso Capiwhino (1580-1693). Corrfan los años 1580-1581, enando el P. 'Prigoso « por va– car a la conü~mplación retira<lo <1P las ocupacionPs, a1Jnque :'!antas, en qtw lo empleaba [la Compañfa]; como él mismo dijo, profesó la dP Jo¡.; Santos P11(lres Capuchinos» (2) Pn la Pro– vincia Pifü•rrn o (le las :.\Tareas. 'I1al vez 110 fué (.sta la única raz<ín <1nn lfi movió a abandonar la Com¡mñía de ,Jesús e in– fluyeron otras causas Pn dicho ca,mhio; pero dejando p,-,ta, cues– t i1ín a¡mrü•, como de menor importantia parn mu~stro intento, nunm; ahora :t cleseribir brevemente los heehofl principa!Ps qnP han ll<•gado a nuestro conocimiento de su vida capuchina. BI mairnscrito (t3) que 110s sirve dP gnfa al trazar los datos hio,gr{Liicos r!P est:1 época narra dP la siguiente• m:mei·a su in– g'l'Pso Pn la Ot•dpn Capuchina: « Bste buen PadrP, vino de rnspafüt a Italia, y, lrnhiPndo llegado a Lor<•to, visitó la Casa <le ln Snrn VirgPn, y al salir rlel tPmplo oy6 que un niño como rle nnos einco o s<•is años (lpcfa a un ,grupo 11,~ p<érHonas quP dP él lrnhlahan: « PHt<· homhr<• dPntro dP poco cambiará dn hábito y rPligi<Ín ». BI ParlrP, tleseoso de cumplir 1•11 todo l:1 vol11ntad de DioH, Pntró fü~ mwvo Pn la Santa Casa parn cPrciorarse por 11i Of. A. Po:..cELET, ob. cit., c. 7, II, B, p. 2Ul-2H,.L í)) Cf. :\ImUEL :\hRrí:o;Ez DEL l.'1u..ul, Tratado del P11t,·011ato, antiyuedales, fJObierno lJ ¡,m·o;ie, ilustres de la ('iurl(/(l y Comunidad de C,r/r,taywl y su A,•cp– <lianrl!lo, part. 10, p. 520, Ziuagoza, lfü)8. Es fücil q ne el P. 'l'rigoso no hubiera conocido a los Capuchinos hasta su llegarla a Italia, romoquiern t1ue éstos no se e,;tahlecieron en Esp:uía hasta 157K y en B{!lgica hasta 1585. Cf. . Anal. O,·d. Cap., ll'll'l[), t. Y, p. 103-lO(i; P. Hn.DEBRA:o;n, O. :\L C.u,., Les o,·ipines des Capucins Belyes (1ú8:5-1.,8iJ, iu Collect. Frcmc., Hl82, t. II, p. B26 sg. ,B) Annali ele' Soccessi della Cappw·cin" Relipione dentro pli tennini della Jiarca, 1fol p,·incipio del 1:5:2:5 al li>S3, r·on espressíone dei l'adri illustri che DÍ /iorirono. ::\Ianifostamos gustosos nuestro profundo agradecimiento al P. Ber– nardino de Lapedona, O.:\f.Cap., per la amabilidad que ha tenir1o de facilitarnos una eopia de di,~ho nrn.nuscrito, conservo.cln, como ya rlijimos, en el Archivo de lá Prov. de las }\fo.reas,
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