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' r 854 BISLIOGRAPÍA ginal', pertenéclente al viejo archi\o provl. de los capuchinos de Andalucía, catalogado por fray Angel de León, en su CaóNICA, t. 3, f. 112, cuya referencia conviene en todo con la co– pia. Sábese que, después de la exc.austraclón, pasó a ser propiedad del bibliófilo D. Juan Pé– rez de Guzmán y Boza, duque de T' Serclaes, quien, hacia el 1890, mandó hacer una ccpia para regalarla a los· capuchinos de Sevilla y lo hiz.o con efusiva dedicatoria autógrafa. No·he– mos logrado ver el original, ni siquiera dar con su paradero, debiendo atenernos a la copia. El copista, perito _caligrafo, parece que cuidó reproducir el códice con toda exactitud del texto y de su grafía literal, hasta el extremo de no querer suplir un ápice, pues avisa que los puntos suspensivos representan letras o palabras que están carcomidas en el original. Hay una NOTA que dice: .se :c.dvertirá alguna falta de fojas, pero esto fué originado de haberse esparcido el archivo de dicha comunidad en poder de seglares durante el tieppo que ocuparon los franceses a Sevilla... Por lo que estos papeles que han quedado se deben a la curia del P. 'Fr. Pablo de Granada•, quien debió poner la nota en el original. Al principio y al fin hay cuadernos con algunas adiciones que deben interpolarse en el texto; son del autor y tienen sus !.amadas respectivas. Contiene censura y licencia eclesiástica de Sevilla, y del real consejo de Madrid para su publicación, ambas del 1753. · El texto abarca la historia · dd venerable padre Isidoro, desde· su nacimiento hast:c. su muerte con los honores fúnebres cuela siguieron. Todo minuciosamente narrado con abun– dancia de noticias en cuanto cabe en el compendio de una vida tan larga y pletórica de acon– tecimientos. Su valor es Incalculable no sólo por lo que dice, sino además por ·ser la única fuente, de conjunto, sobre la vida del insigne capuchino. · · _El poema está compuesto en octavas reales-contamos 849-, en una ringlera intermina– ble, sin un descanso ni guión que divida y oriente. Muchas tienen notas, que a veces v:c.len más que ellas. Su estilo es· super.ativamente prosaico, pleno de hojarasca y literariamente tocando de vez en vez en lo rid'iculo. A pesar de ·estos inconvenientes, ni la grandeza del heroe se amengua ni su t,iple esp:endor de santo; sabio y apóstol mariano se empaña, sino que brilla como un sol en su cenit. · Aunque el autor no consta en la portada, tanto la censura corno las licencias dicen ser de D. Heraclio de Villegas. He aqu( las palabras del censor, P. Baltasar Molina, S. J.: •Es cierto que, ocultando su nombre y apell:do más común D. Heraclio de Villegas; demuestra que, en obra que tanto pudiera acreditarle, no busca el nómbre vado de su fama ni la fama vacía de · su nombre, sino sólo aprovechar al prójimo•. No es, pues, un seudónimo ni el nombre y apellido con que le conocían sus contemporá• neos, sino otros suyos de segu!'ldc orden, los cuales, con dos s_iglos de distancia, crean el pro• blema de identificar la persona, hasta ahora en el misterio por no haberse hallado una partí• da que lo esclarezca. Pero si se compulsa lo que dice Villegas de sl mismo en el PoEMA: que trató al padre Isi• doro íntimamente como tin hijo a su padre durante los ·últimos cuarenta años de su vida, que fué su lado y en la Hermandad su representante, •su adjunto en cuanto fuese la más leve materia de intereses, • etc., CJn las actuaciones de D. Manuel de Angulo Benjumea en la Hermandad sobre el mismo asunto, pues fué su hermano mayor y mayordomo sucesiva• mente muchos años, parece ser una misma person_a Villegas y Angulo. El pa'dre Isidoro fundó un Ro:ario de mujeres . agregándolo a la primitiva Hermandad, precisamente cuando fué trasladado a Cádiz: Los hermanos miraban eón recelo la nueva ins– titución y en cabildo (14 julio, -1737) expresaron su alarma. Solamente Angulo salió a l:c. de– fensa diciendo que por ser obra del fundador no debía innovarse nada en su ausencia. La Hermandad lo-diputa para que ir.forme de ello al padre Isidoro. Villegas, al hablar de dicho Rosario, lo hace largamente y cor. grandes encomios, indicios de ser el mismo Angulo. Muerto el padre Isidoro, surgieron disgustos entre los capuchinos y la Hermandad, _y sin ser de la junta Angulo e~ delegado por ella para la concordia, como el más vivo representan– te del difunto. Villegas celebra el pacto. La última mención de Angulo por la Hermandad es en abril de '1758; al año siguiente surgió un grave disgusto con los capuchinos y no se acudió a él, señal de que entretanto había muerto, ocho años después de escribir V!llegas el PoEMA, lo que favorece a su paternidad de Angulo. "' ; Conocedor, por una parte, del alma del padre Isidoro y testigo de su vicia pública; entera•
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