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850 LA DIVINA PASTORA Y BL BTO. DIEGO J. DB C. iglesia de capuchinos, en el solemne pontifical que, con motivo de la bea– tificación, celebraba el eminentísimo cardenal Sanz y Forés ante los ca– bildos eclesiástico y civil, la nobleza sevillat){I ,y un gentío innumera:::>le. • El orador , señor Arbolí, nuevo Juan de Avi-la de aquellos días, tamtién como el Pontífice interrogó; pero dándose cumplida respuesta, cua:ido precisamente pregonaba i::>s amorosos incendios del apóstol a Jesús Sa– cramentado. «Si la carne de la Euc:iristía-dijo-,es carne de la Virgen Pura, ¿cuál no sería para tí, Pastora de nuestras almas, la devoción de tu esclavo? ¡Tú lo sabes, Madre mía! No supo hablar(más que ,dg_ tí: en el comienzo y a la fin de todas sus obras escribió tu dulce nombre; d'efendió tu privilegio inmaculado; arrostró por ~í las iras de la impiedad y el susurro de los hi– pócritas; te llamó su hechizo, su reina, su señora, su encanto; redacló el oficio de tu fiesta; elevó p:-eces a Roma; arrebató al pueblo en tus loores y, después de fray lsidorc de Sevilla el apóstol de tu cayado, no hubo en tu grey oveja más amante ni ~ontinuador más celoso de tu devoción, que tu hijo piadosísimo, el de Cádiz... > (1). Y ya , al fin de la augtsta ceremonia, como una explosión de júbilo y marcha triunfal, mientras el Pontífice daba su bendición a la muchedum– bre, un coro de más de veinte voces comenzó a cantar: 0/oria demos al sol gaditano, que, ra<Pante, la España lustró: al seráfho apóstol que, ufano; tantas a:mas al cielo llevó. Penitente y humilde, los pasos de Jesús va siguiendo en la tierra, y doquie ra al infierno hace guerra con palabras de fuego y de amor. ¡Con cué gozo le escuchan las gentes, pobres, ricos, plebeyos, señores! Al imán de sus santos clamores no resiste ningún pecador. JI ¿No le véis? De su rostro inflamado sale el rayo que al alma convierte: a sus pies está el mundo y la muerte, a sus plantas vencido Luzbel. Ni me admira escuchar a los doctos , oradores, maestros, prelados preguntarse, al oirlo, asombrados: ¿Es san Pablo quien habla, o es él? . . l. SOLEMNES FIESTAS que co:1 motivo de la beatificación del gran siervo de Dios Fr. Diego José de Cádiz celebró el Excmo. Ayuntamiento de Sevilla en unión de la Comunidad de me– nores capuchinos de N . S. P. S. Francisco de la Provincia de Andalucía. Sevilla 1895, cionde se halla el himno, original del gran fabulista don Cayetano Fernández.

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