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844 LA DIVINA PASTORA Y EL BTO. DIEGO J. DE C. descuella siempre la celestial Pastora, como Divina Jardinera de ese m!s– tjco pensil. . Si nos dejáramos llevar del bien que produce a las almas su lectura los transcribi_ríamos todos íntegramente para enseñanza y provecho de los amantes de la Divina Pastora; pero debemos contentarnos con la copia de uno solamente, que tomado al azar, es el que dice: «Santa María, místico Sello de nuestro corazón, ruega por nosotros. Sancta Maria, «Signalulum cordis noslri:,, (S. Bona v.), ora pro nobis. «Graba, dulce Pastora, graba en mi corazón tu nombre y sea yo todo consagrado y de"dicado a celebrar tus glorias y cantar., tus misericordias». Ave María. «¡Ay, Pastora amabilísima! ¿Cuándo seré todo amor, cuándo amaré con obras y palabras a mi Jesús y a Tí, oh Madre de Dios y Madre mía? No permitas pase un solo momento sin ser amigo de Jesús y siervo tuyo». Ave María. · «María, Madre mía, María, Pastora santísima: María, R~i !. a incompa– rable , tuyo soy, guárdame . protégeme y hazme pregonero de tus bonda– des y tierno amante de Jesús. Ave María » (t). En este troquel ha vaciado los demás soliloquios ; variando la mate– ria de cada uno bajo el rótulo de una advocación, que es el propio tema. Así, en el día 1, se dice: «Santa María , Madre del Divino Pastor »; en el 3, «Madre del Amor Hermoso»; en el 5, «Místico Arbol, en cuya sombr"a de– ben descansar todos los devotos cristianos »; en el 7, «Auxilio de los opri– midos »; en el 10, «Refugio, que Jesús nos dejó », y de este modo prosigue llamando a la Divina Pastora , «Madre piadosa de los pecadores», «Guar– dd de las tentaciones, que nos lleva al puerto de la divina voluntad», «Luz de nuestro corazón », «Confortadora de los pobres », «Puerta de peniten– cia », «Ayuda y Consuelo contra los lazos enemigos», Alegría de cuantos la invocan>, para terminar el día 31 con el «Santa María, Señora mía, co– razón mío, alma mía, ruega por nosotros »; siempre adicionando la prác– tica de las tres Ave-Marías a la Divina Pastora, según la tradición anti– quísima de los capuchinos. La intención del padre Llevaneras en· estas instantáneas reflexiones o saetas de amor, es bastante lúcida y transparente : acrecentar el número de los devotos de la Divina Pastora; proporcionarles un medio provecho– sísimo para que a la mañana o a la noche o á cualquier hora de cada día del año, puedan saciar su devoción mariana; facilitarles la práctica con !al concisión y brevedad ; ::¡ue puedan cumplirl a en tres minutos; ofrecerles con variedad ·el pasto mariano, para que no empalague y diariamente pue– da satisfacer cada uno el hambre espiritual y el incentivo de sus necesi– clades. Además de esta guirnalda de flor es, contiene el libro un triduo y una novena, en lá cual toma los puntos de meditación, cambiándoles la forma, de los que puso en la suya el padre Isidoro. Este propone en el día pri– mero: María Sanlísinia, Paslora del Verbo encarnado: y aquél trueca el título así: Consideremos a María en el paria! de Belén y celebremos su a!lísilna dignidad de Madre de Dios, Madre del Divino Paslor, Madre del Cordero de Dios, que .quila los pecados del mundo. · 1. O. c., pp. 18 y s., 3.ª ed., 1925.
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