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DEVOCIÓN DEL CARDENAL VI\IES A LA OIVINA PASTORA 84~ gen Pastora de nuestras almas. « El padre Isidoro suscitó en todas partes un entusiasmo indescriptible al presentar a María Santísima baío el título y traje de mística Pastora»». . . . «El Sumo Pontífice Pío VII, de santa memor'ia-, q'ueriendo · acrecentar la devoción a la dulce Madre de nuestro 'Soberano Pastor, con decreto de 10 de enero de 1801, concedió _a los obispos de Toscana, que cada año, en el primer domingo del mes de mayo celebrasen la fiesta de ·1a Bienaven– turada Virgen María, Madre.del Divino Pastor, aprobando .para esta fiesta, misa y oficio propios·. Eri Roma se celebran _este oficio y misa en las adoratrices perpetuas del Santísimo .Sacramento en Montecavallo. Lo mismo hacen en sus iglesias los misioneros de la precfosísima Sangre en el primer viernes de junio, en el cual se.principia el mes dedicado a las glorias de esia Sangre preciosísima. Celebran también esta fiesta: en ~anta María en Capitelli en el último domingo de octubre; los padres mí– nimos, en el primer domingo del mismo mes: las benedictinas in Campo Marzo, en el primer dorning·o de septiembre; el 3 d.e septiembre, en la igle– sia de los padres del Santísimo m::dentor; ,las religiosas del Buen Pastor, en el segundo domingo después de pascua, ,m estas dos últimas iglesias con oficios diferentes>. · Excluidos los titulares y los dos parrafitos cqn doble llave, todo el preliminar es una traducción de la Prefazione del Tricluo del padre Potríes; y así como éste incur.rió en los_errores de .dar al padre Isidoro un lugar secundario en la devoción y en pasar por alto la obra de fray Diego y de los capuchinos españoles referente _a la fiesta deJa Divina Pastora, en la ;nisma laguni:i cae el padre Llevaneras copiándolo, aµnque , en honor su– yo, debe decirse que revalorizó el puesto dél padre Isidoro con el titular del tercer apartado. No puede negarse ya que conocía bien dicho Triduo, en que sólo se inserta el decreto de .Pío VII con el oficio y misa de la .Di– vina Pastora para los toscanos. Ahora bien, ¿no se ve .aquí la causa que originó su cambio por los propios de los capuchinos españoles? Sería conveniente que al reeditarse el libro se hiciera.mención de la primacía que compete a éstos y, principalmente , al beato Diego sobre el culto litúrgico en cuestión, tan glorias.o para nuestra Orden. · El contenido de Breves soliloquios... está bastantemente expresado en el subtítulo: Dispuestos en treinta y ' una visitas, triduo, novena y va- rias devociones. ' La forma literaria es monologada, al esiilo de los de san Agustín, aunque más concisa en sus artículos. Una partícularidad presenta el libri– to, que lo singulariza de los otros citados. En éstos quiso sü autor.hablar no ppr sí mismo, sino por las váces de los doctores de la Iglesia; en éste, por el contrario, es su voz la que resuena, aunque .basándose 'en un texto acornoqado al soliloquio. El alma del piadosísimo autor, poi' medio de ·su "pluma, ha impreso en ·1a blancura del papel acentos divinos, ansias de conversión, ayes de arrepentimiento y gratitud, llamaradas amorosísimas de fe y ·confianza, anhelos de perdón y sacrificios, hambre de pastos· divi– nos, sed de mejor vida, de perfeéción, de virtudes, de unión y posesión del Sumo Bien: todo en cálida y brevísima frase, donde cada idea, conci– sa y estrechada, es un cápullp de fuerte arnma y colo~ido, sobre el que
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