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62 LA DIVINA PASTO11A V EL BTO. DIEGO J. DE C. cias, indulgencias y privilegios , y desde entonces se denominó Archicofradía de la Inmaculada Pastora (1); y finalmente, en el 1796, cuando Carlos IV or– . denó la revisión de las Reglas de todas las Hermandades de sus reinos. Esta es, en resumen , la brillante historia de la Hermandad, que tantas torturas produjo a s.u fundador; pero que se hizo famosa dentro y fuera de España , siendo un timbre de honor para Cádiz, que ostenta el primer templo hispano consagrado a la Divina Pastora , en el cual se ha dado tq-n– ta gloria a Dios , que hubo años en que se celebraron 2.220 misas en sus altares (2). ·. Imposibilitado el venera-ble para actuar en la Cofradía. ni directa ni in– rt.ctamente, comprendió que la Virgen lo enviaba a otro campo , y se decidió a misionar por los pueblos, esperanzado así en sacar de los males bienes. Era un águila , un apóstol de celo incoercible, y no podía permanecer mu– do y maniatado. Todo esto se armoniza con lo que sigue. Hace mucho tiempo recogimos una tradición respetable, que asegura que el padre Isidoro, durante su estancia en Cádiz, no cesaba de hacer co– rrerfas apostólicas para própag·ar la devoción de su Pastora , y que una , en la que más se prod,igaba por su proximidad , era la de la Isla , hoy San Fernando , entonces pueblo humilde de trabajadores de la Carraca, a quie– nes , después de predicarles , les regaló una preciosa imagen de la Divina Pastora , la cual, por no haber iglesia , fué entronizada en un viejo caserón del barrio . Probablemente ocurría esto en el 1736. Dicha tradición se completa con lo que trae el hístoriador, Joaquín Cris– tell y, hablando de los edificios de esta ciudad: «La imagen,-dice- a ·E¡µe se da culto en esta capilla (~e la Divina Pastora) estuvo, en un principio; en el patio Olea , al cuidado y devoción de unos cuantos jóvenes operarios del Arsenal de la Carraca , que habían formado una Hermandad , conocida en el pueblo por la Hermandad de los carraqueños. Propusieron, y ~sí lo ejecutaron, construirle una capilla, escogiendo el terreno que hoy ocura, cedido por su dueño , don Juan Malpica; y, durante los días festivos, estos operarios, sin retribución alguna, la hicieron. Si se observa su constrµc– ción es muy parecida a la ·iglesia parroquial del Arsenal de la Carraca» Cq) . Todo esto es anterior al traslado del Departamento de Marina , decreta– do por Carlos lll , y conviene con las fechas en que el venerable estuvo en Cádiz, vislumbrándose sus pasos y su influencia en este proceso de fervor de los carraqueños. ¡Sería digno de contemplarse el patio de Olea , adorna– do de mantoniles , colchas y flores , pleno de fervientes marineros en torno de la Divina Pastora , ofreciéndoles sus corazones, sus rezos y plegarias! Es un cuadro encantador, que rememora los ágapes y celebración de los oficios divinos en las casas de los primitivos cristianos. La imagen de la Divina Pastora es casi de tamaño natural , de talla. para vestir, su rostro es muy bello y de una dulzura inefable. La capilla tiene categoría de iglesia , es sobria de líneas , con cinco retablos, y tan capaz, que ha sido en el presente año constituída parroquia por el prelado . La imagen , sus cultos y la capilla se hicieron tan populares , que, desde en– tonces se llamó el barrio de la Divina Pastora. Por este tiempo debió el pa- · •L La bula está fechada el 19 de agostó.de 1770. - 2. Estos datos han sido tomados de la citada MEMORIA HISTÓRICA y de otros testimonios del arch. de la Cofradía. - 3. LIGEROS APUNTES HISTÓRICOS... de la ciudad de San Fernando, pp. 81 y 83.

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