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!.) 834 LA DIVINA PASTORA Y EL BTO. DIEGO J. DE C. prestados a la Iglesia y a su Orden; su feliz misión en el Tesino como legado y el ha– llarse en aquellos días co– mo tutor y padre del menta– do Concilio, que terminó pre– sidiéndolo, hicieron que la figura del nuevo cardenal se atrajese las miradas de toda Roma, su cariño y admira– ción. Dor tales motivos el entronizar su escudo en el frontis de la iglesia de san Adrián, su título, fué un he– cho trascendental para la de– voción , porque la daba a co – nocer ostentosamente y la difundía no sólo en el p1..:e– blo. romano y en los millares de peregrinos que visitaban la ciudad eterna, sino ta :11- bién en todos los países del mundo con los innumerables documentos, que rubricó, avalados con su timbre car- Escudo del cardenal Vives y Tutó denalicio. Si fray Diego de Cádiz tomó por·bandera de sus misiones el estandarte de la Divina Pas– tora paseándola por toda España, émulo suyo fué el cardenal Vives, lle– vándola con su escudo desde Roma a los rincones más remotos de la tierra. El Iris de Paz, en un artículo de aquel año , describiendo el entusias– mo general y las solemnidades con que se festejó al nuevo purpurado, escribía a este propósito: <En ninguna parte se ha visto tan bien retratado, como en la toma de posesión de su iglesia cardenalicia, retrato hecho por él mismo, que me hizo derramar lágrimas de consuelo y que no puedo recordar sin renovár– seme aquellas dulces emociones. Es el devoto de María que, después de haber ensalzado las glorias de la Señora con su pluma·, ha templado su corazón al calor de su afecto y ha querido no gloriarse de otra cosa que de María, poniéndola en su escudo y elevando a Ella un himno de grati– tud humilde y ferviente en el discurso, que pronunció en la indicada toma de posesión » (1). Que la devoción tuvo en Roma halagüeñas repercusiones lo dice el caso siguiente. Eramos, entonces, novicio en el convento de Sevilla y so– bre la mesa teníamos entronizada una estampa de la Divina Pastora. Un día se presentó el vicemaestro y nos dijo: Escribe de Roma un estudiante del Colegio Español pidiendo algunas estampas de la Pastora, porque el cardenal Vives la ha puesto eh su escudo ; allí son muy solicitadas y no 1. Ib., p. 221.

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