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BL V. P. ESTEBAN EN ESPAÑA 807 pertaba el más vivo interés, acrecentado por su figura, virtudes y apos– tolado. Su gentil talla, mayor del natural, su rostro encendido y mirada hu– milde y penetrante; aquella su luenga barba de nieve y sabor bíblico; su burdo y remendado sayal, recio como una piel; sus sandalias, su conti– nente, su voz penetrante, como espada de dos filos; aquella manera de predicar, poniendo al alcance de todas las verdades de la Religión, la feal– dad de los vicios, la hermosura de la virtud, fué uno de los acontecimien– tos más célebres de la segunda mitad del siglo pasado, el cual ciertamente influyó en la regeneración moral de España y en abrir el camipo para la restauración de las Ordenes religiosas. No importa que llegue con el peso de las contradicciones, de di.:ros y largos trabajos, de continuas penitencias, y el · no menos penoso de su ancianidad ... De todo se olvida y con arrestos juveniles se lanza a misio– nar por Navarra, su patria chica, levantando el.espíritu del pueblo, mora– lizando las costumbres y dejando tras sí el aroma del bien y de sus virtu– des. Hoy .será Artajona el teatro de su apostolado, poco después San Martín de Unx, Fa lees y Andosilla, y en todas partes su presencia es co– mo una visión apocalíptica, que conmueve a las masas populares, rirÍdién– dolas al deber, sin más armas ni bagaje que el santo crucifijo y el estandar– te de la Divina Pastora: el mismo que paseó por las fértiles tierras india– nas es el que preside ahora sus misiones, recibiendo, como allí, el amor de los españoles; el mismo, en quien confió, para convertir aquellos pue– blos, es el que ondea hoy por su patria como bandera de regeneración, y será la Divina Pastora, desde el cielo, la que proteja y bendiga ·sU aposto– lado, colmándolo de frutos. Mientras predicaba la misión de Andosilla, recibió orden del padre José de Llerena, comisario apostólico, para que se trasladase a Antequera con ·e1 fin de dar comienzo a la primera fundación de regulares, permitida por el gobierno después de la exclaustración (1). Obediente ei padre Esteban, aunque con la contrariedad de sus paisa– nos, partió sin pérdida de tiempo y fué despedido en Andosilla al grito de ¡Viva la Divina Pastora! La importancia de la misión que se le confiaba debió dulcificarle el sacrificio de dejar su patria chica. El venerable era esperado en Andalucía, como un nuevo fray Diego, y su presencia y actuación no hicieron más que acentuar la esperanza. Cuando se personó en Antequera, comenzó el 5 de abril de 1817 una misión, que será de eterna memoria . En el · primer dia trasladó procesio– nalmente la venerada imagen de la Divina Pastora del convento de capu~ chinos a la ~olegial de San Sebastián, en la que debían celebrarse los actos misionales . El fruto fué incalculable: en las cinco pan;oquias· de la ciudad no daban abasto los sacerdotes para oir en confesión a los peni– tentes; las comuniones fueron ocho millares; en la plática de despedida . el gentío era tan enorme, que se calcula en catorce mil personas, que al terminar el acto , en procesión gloriosa, retornaron a nuestra iglesia la imagen de la Divina Pastora, quedando así inaugurado el primer convento 1. La R. O. permitiendo abrir el convento de Antequera fué solicitada por el P. Bernabé de Astorga y dirigida a ~l con fecha 12 de enero de 187~. Arch. gen!. de los cap., Roma.
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