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EL V . P. ESTBBAN EN CHALATENANGO 801 razones, que en la·plaza dejaron zapatos, rebozos, anillos , pañuelos de seda y hasta bolsas con dinero... «Ahora bien: ¿quisieran decirme los incrédulos que fué casualidad o que hubo algún convenio? Esto me parece más imposible. Dejo a u_n lado si vieron o no alguna cosa . .. : lo que puedo afirmar es que este acto fué tan imponente para al g-U nos libertinos , que en el mismo momento resolvie– ron cambiar de vida, como en efecto lo cumplieron. Causó tal eco este su– ceso en los que lo pr~senciaron , que ellos mismos iban después predi– cando a su modo por las aldeas ... Y no pudo nienos de suceder así; por– que Aquella, que desde el calvario quedó encargada , como Pastora de las ovejas de Jesús sil Hijo, ¿cómo podía permitir que por más tiempo andu– viesen descarriadas? Antes por el contrario , ya era el tiempo de que las sacara de las zarzas del pecado , de que con sus silbos las llevara al redil y de que con su presencia las fortaleciera. «Los que fueron enemigos de la santa misión no sólo tienen por un insigne milagro lo referido, sino también el tiempo , porque 'Cuando sali– mos de Santa Tecla había principiado ya el invierno y las lluvias eran ya copiosas por todas partes ... Pero entra la Divina Pastora en Chalaten<1n– go, y pasa cerca de un mes sin caer ni siquiera una gota y, cuando co– menzaron las aguas, llegaban tan temprano, que daban lugar para que se predicara la misma tarde con toda comodidad en la plaza . «Desde el primer día fué colocada la Divina Pastora en el altar mayor, ricamente adornado para este fin y desde entonces no fué sino una conti– nuada romería que de todas partes llegaban con el fin de visitarla. Ardían diariamente muchas velas desde la mañana hasta la noche. «Temiendo las buenas almas que aquella devoción ... se pudiera apa– gar fácilmente con su ausencia, procuraron llevar de Guatemala una pre– ciosa imagen de la Divina Pastora con sus ovejillas que costó más de cien pesos, dedicándole una hermosa capilla. Mas de seiscientas personas se inscribieron en la nueva Hermandad de la Divina Pastora; «Llegó en fin el día de la bendición papal y de nuestra partida. Casas, aldeas y pueblos quedaron desiertos... Era ... el acto má . , endente ver en la plaza un concurso , que pasaba de quince mi ~ - , '511;¡, alfan pal<lbras para expresar los sentimientos ' que manifest ~ \,~ as que derramaron. €; ~t: «El día 15 de julio, después de haber celebrado fBl 1~·0" e aquella iglesia , en donde estuvo tan visitada Y téln ob · ~ql' i . ._·! 1~- pacio de dos meses, nuestra Divina Pastora y pasó ~º· '/jr . plaza ,donde vió .. . tantos suspiros y llantos de compu ~ - , ·:.'ª ·. -"' cados, donde la divina gracia obró tantos prodigios, ,, • . -_el\ · ,,_J!{¡J zones de bronce en corazones mansos y obedientes ~16, ~~ Dios ... ; ahí vió de nuevo y, por última despedida, postra ,0-¡¡¡g n eva grey para recibir su bendición . ~~='/w:.t' «Quedó Chalatenango llena de Iuto por la ausencia de la Divina Pas– tora, pero sus co'ré1zones, llenos de plé1cer y alegría por los frutos recqgi– dos en la santa misión. Nueve mil se alimentaron con el Pan celestíal ...; seiscientos treinta matrimonios se añadieron a la sociedad, y un número grande de divorciados se unieron con sus propios consortes» (1). l. P. Giáurriz, ib,, pp. 320-30. 103
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