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V. P. ESTEBAN EN OUAtEMALA 789 convertido y purificado al redil de la Divina Pastora, cuya devoción quedó · arraigada en estos pueblos como fruto inmarcesible de su apóstol. A vista de tantos éxitos pidió el arzobispo que diera una misión du– rante la cuaresma en la Antigua, capital d~ la República . E.1padre Adoain puso toda su confianza en la Re.ina del cielo . Comenzó s.aliendo del con– vento prócesionalmente con el guió11 de la Divina Pastora y, llegando a la plaza de la vieja catedral, al aire libre pronunció uno de sus más enérgi– cos sermones con el texto de Jonás a los ninivitas: Adhuc qiladraginta dies, etNinive s'ubvertetur; De aquí pasó a la iglesia de la Merced , donde se celebraría la misión, y nuevamente pr~cjicó sobre sus benefidos y sobre la intercesión y .misericordia de la Madre del Pastor Divino . ' El concurso desde el primer dí.a fué tan numeroso, que se abrieron las puertas del templo a las 4 de la mañana para el primer acto, y después seguían otros y' otros, hasta las doce, siempre para grupos distintos de personas. A las seis de la tarde comenzaba,n otra vez los actos y el último era el sermón del padre Adoain sobre las .verdades eternas . El movimiento espiritual fué intensísimo y las conversiones muy nu– merosas. Cinco cap1,1chinos, durante diez y doce horas, oían las confesio– n~s diariamente sin acabar con los.muchos penitentes que esperaban. Fué preciso prolongar la misión , que duró tres ,semanas. El fruto fué cabal: recibieron el Pan de los ángeles cinco mil quinientos fieles, y .se celebra– ron treséientos matrimonios, Como fin de los cultos fué organizada una procesión para trasladar el-estandarte de la Divina Misionera al templo de los capuchinos . Acudieron más de ocho mil personas, dos mil con sus antorchas en torno de la celestial Pastora, que iba bendiciendo a sus ove- jéls. Jamás vió Guatemala procesión tan imponente (1). · Con igual éxito y brillantez misionó seguidamente en Balanyá, Patzizia, Mixco, Tejar, Zumpango, Pastores y otros muchos pueblecitos norteños de l.a Antigua. En Balanyá comulgaron mil seiscientas personas y contrajeron matri– monio cuarenta parejas. La tarde de la despedida fué emoci.onante y cons– tituye en los anales de la devoción un ejemplar inigualable. Los palanye– ses se reunían con los misioneros para seguirlos, y más para cortejar a la Divina Pastora; los vecinos de Patzizia, a donde iba la misión, afluían sin cesar con el mismo fin; aquellos lloraban la ausencia de la .Di,vina Zagala, éstos p~orrumpían en alegres cánticos, dichosos porque se dignaba visi– tarlos. Al iniciars-e la marcha aparecieron ciento treinta hombres y un hen– jambre de niños, cada uno con su cruz al hombro, para cerrar el cortejo en, plan de penitencia. Por el camino se agregaron unas cuatro mil perso– nas. Esta sublime peregrinación se daba también en otros pueblos con tal entusiasmo y continuidad, que no fué posible plegar el estandarte de la Divina Pastora dur·ante la gloriosa ,campaña, que culh1inó al terminarse en la aldeita de Pastores . Aquí se reunieron muchos miles de personas para dÚolver triunfalmente la Divina Misionera a su templo de la Antigua. Guatemala se conmovió con este nunca visto espectáculo y muchos de sus hij.os se unían con fervor a la comitiva. En la puerta del convento fué necesario que el padre Esteban hablara a aquella férvida muchedumbre, a 1. Ib., pp. 255-57 y s• .

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