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MISIONES EN VENEZUELA Y GUATEMALA 767 Muy pronto pi– dió el gobierno a la Santa · Sede que les enviase más capu– chinos y ésta, por medio del comisario general , ordenó que pasaran algunos de los de Venezuela a la nueva 1r.is ,ión. Pe– ro los venezolanos se opusieron tenaz– mente . a que saliera un capuchino de su territorio y no para– ron hasta lograr (1846) que Roma de– rogase la orden da– da (1). Era la providen– cia de Dios que .te– nía otros designios, pues. en el año 1851, el arzobispo de Guatemala, monse– ñor Garc:a Peláez, para tantear si los exclaustrados · de Cataluña estaban dispuestos a misio– nar en su archidió– cesis daba una carta al padre Joaquín de Valls, el que vuela a su patria y, después, La célebre y milagrosa imagen de la Divina Pastora venerada en Santa Rosa (Venezuela), con adornos coloniales y el som- brero de moda que no le favorece. .· ·· a Roma, :'nformando a los superiores de la Orden sobre el proyectó de la nueva fundación. · · El comisario provincial de los exclaustrados catalanes, padre Joaquín de Tallá, alma apostólica y voluntad decisiva, extendió un singular docu– mento, digno de los tiempos del seráfico padre, en que facultaba para.pro– -ceder a fundaciones de conventos, abrir noviciado, establecer cursos de estudiantes, nombrando de guardián al padre Francisco de Bossost y vi'.. cario al mencionado padre Valls ... , con obediencia para otros reli– giosos, los cuales , bajo la protección de la Divina Pastora, embarcaron .con rurnbo a Guatemala, que los recibió con grnn júbilo y cariño (2). El ruinoso convento de Belén fué restaurado con austeridad capuchina y en la iglesia se colocó a la Divina Pastora. Con los mismos fundadores vinieron ce España algunos jóvenes postulantes y fué necesario, .desde el l. P. Cambrils, CRONICÓN c., p. 21. ~ 2. lb., pp. 19.35, donde se halla (!icho documento ,on los expedidos por el arzobispo y el gobierno sobre la fundación en el convento de Belén.