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158 LA DIVINA PASTORA Y EL BTO. DIEGÓ J. DE C. puchinos dedicaron una de las grandes vidrieras de su nueva iglesia en el colegio de Dos Hermanas a la Divina Pastora (1). No sólo estos dos religiosos biografiados, sino otros muchos anóni– mos fueron grandes apóstoles de la devoción y los fuertes sillares de la actual provincia de Valencia. De su apostolado pastoreño nos queda constancia en algunos opús– culos editados por ellos durante la exclaustración, que indican claramente que vivían unidos para continuar misionando y difundir el reinado de la Madre del Pastor Divino en todo el reino de Valencia. Como muestras citamos: 1.º Novena a la Divina Pastora, Valencia, 1855, que es la misma del padre Isidoro, suprimiendo las alabanzas a la Beatísima Trinidad y pone expresamente la práctica de las Tres Ave-Ma– rías. 2. ° Corona de la Divina Pastora de las almas, Patrona de las mi– siones de padres capuchinos de Valencia, Valencia, 1857, que es igual a la citada del obispo de Segorbe con pequeñas variantes en la redacción. 3. 0 Recuerdo de la santa misión dada por los padres capuchinos del con vento de Santa María Magdalena. Valencia. 1883; y otro similar del con– vento de Ollería sin año, que son reediciones de las que publicaban y re– partían los exclaustrados, con la corona y coplillas de misión, y todos llevan al frente un grabado antiguo de la Divina Pastora. Del apostolado de los padres de Castilla se habló anteriormente y ahora sólo recogemos la publicación de una Novena a María Santísima con el título de la Divina Pastora de las almas, Patrona de las misiones de la Religión capuchina·. Madrid, 1868. Tiene un prólogo explicativo sobre los fundamentos y origen de la devoción, y alude que se sacó en tiempo de Carlos III con motivo de haber mandado cincelar una preciosa lámina de la Divina Pastora cierto caballero de La Habana para distribuir los grabados entre los isleños de Cuba, y los capuchinos, recien estable– cidos allí, quisieron simultáneamente dar el novenario para hacer más fruc– tuosa la devoción. No sabemos si por entonces fué publicada, pues no se habla de reedición. Tiene varias particularidades: llama a la Pastora, Pa– trona de las misiones de la Religión capuchina, sin contraerla a los domi– nios de España; las consideraciones son nuevas y por su fondo dan ma– teria para una plática; después de cinco Ave-Marías recoge las alabanzas a la Santísima Trinidad del padre Isidoro, y pone para la corona tres cla– ses de misterios, en estancias, que a nuestro juicio son los mejores del género, como puede verse en el de la Encarnación: De Dios el Verbo amado se viste de una piel para encarnarse: lleva el traje humanado , porque a la muerte quiere entregarse. Pero gala tan rica y misteriosa el Verbo debe a su Pastora hermosa: Pues sois Pastora mía, yo soy oveja vuestra, A ve María. l. Del tiempo de dichos padres se conservan en Valencia preciosos escapularios de la ,Divina Pastora, de los cuales hay uno en su Museo.
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