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756 LA DIVINA PASTORA Y BL BTO. DIEGO J. DB C, El padre Luis de Masamagrell, siendo aún estu– diante, vino a Es– paña para formar la primera comu– nidad de la res– tauración en An– tequera. Fué siempre un dechado de perfección re I i– giosa, practican– do todas las vir– tudes con santa ecuanimidad y fi– nura que le daban aspecto de ángel. Monseñor Lauzu– rica, obispo auxi– liar de Valencia y administrador apostólico de Vi– toria, hizo del pa– dre Luis el si– guiente retrato: «Era... el fondo de su ser, la paz; su vestidura, la humildad. Fué su vida correr man– so de un río, sin declives pronun– ciados ni desbor– damientos que rebosaran el cau- La Divina Pastora del estandarte que llevó en sus misiones el padre Luis de Masamagrell. Pintura valenciana. ce. A su paso florecieron las flores de toda virtud: la caridad , la pobrzza, la humildad, la obediencia, la austeridad, el sacrificio ... La bondad dG su hermosa alma se le irradiaba en la sonrisa, que iluminaba su rostro; son– risa que ni la muerte pudo borrar » (1). En atención a estas virtudes , apenas recibió el sacerdocio le nomjra– ron comisario de la Tercera Orden y de ella fué un insigne y const,mte propagador, que merece en sus anales un lugar preferente; y desde enton– ces siempre desempeñó algún cargo de importancia, pues fué vicemaestro de novicio~, vicario, guardián , definidor provincial, custodio general y el primer provincial de la restauración de su provincia. Tanta era .la fam:1 de su virtud y de su exquisita prudencia, que aún fuera de la Orden se buscaba l. Autobiografía c.. prólogo.

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