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LA l>t::VOCIÓN EN NÁPOLES Y STA. M . a FRANCISCA DE L AS V LLAGAS 49 pagar la devoción. Se hizo para ella un cuadrito al oleo pa– ra llevarlo siempre consig·o y con él obró 111uchos mila– gros, cuando visita– ba a los enfermos, curándolos de sus enfermedades y con – siguiendo además conversiones ruido – sas de pecadores impenitentes (1). Cierto día, desean– do la santa poner en práctica la idea iniciada por el padre Isidoro sobre la es– clavitud mariana, q u i s o declararse ovejita esclava de la celestial Pastora; y ante su imagen, puesta de rodillas a . los pies de su direc– tor , y ciñéndose una cadena , pronunció, como un voto so– lemne, la sig·uiente · fórmula ritual: « Y con - el !Yn de que se sepa que yo yo soy vuestra feliz oveja, mecontrasig– no por tal, con liga– dura de amor y de STA. MARÍA l' RANCISCA DE LAS CINCO LLAGAS , EXTÁTICA VIENDO _A LA DiVINA PASTORA. OLEO DE LA ESCUELA NAPOLI'fANA. MUSEO DE LA DIVINA PASTORA, SEVILLA, dependencia; y os ruego que así como yo me obligo externamente para con vos, así dignaos vos ligar internamente mi alma y mi corazón a vuestro corazón y a vuestra alma». Y no pudo seguir, porque un nuevo éxtasis la pnvo de los sentidos, durante hpra y media , hasta que, conmovido su director, con un precepto de obediencia, la hizo volver en sí y le ordenó que le dijese lo que le había acontecido. «Padre mío, le contestó, mientras yo hacía la protestación no ví más el cuadrito de la Divina Pastora, sino a la Santísima Virgen en persona, mi dulcísima Madre, toda radiante de hermosura divina; y en el mismo acto percibí que mi corazón estaba desgarrado con dolorosa, pero dulce he– rida » (2). l. Fortunato Neri. Vrl'A .DI S. MARÍA FRANCESCA, pp. 251-53. -2. lb., pp. 253 y s. 7

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