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LA DIVINA PASTO11A EN LA CORTE DE MADl11D 47 pidió dos cosas de gran interés. Primera: Que dotara la novena per– petuamente, lo que hi– zo el rey, antes del año , desde la Granja, fir– mando una real cédula, concediendo que , anual mente y a perpetuidad, se cedieran de la real hacienda a la Herman– dad cien ducados para sufragar los .gastos de dicha novena, lo que se venía cobrando hasta el 18.33 (1). Seg·unda: Que implantara la de– voción de la Divina Pastora en Madrid , lo que fué un hecho , pues sabe111os que una vez que la r eina lleg·ó a la corte, los padres alc·an– tarinos del convento de san Gil mandaron tallar una hermosa imagen de la Divina Pastora, que expusieron en su iglesia y de la cual, en 1737, se hizo un bellísi– mo grabado en París, debido a la gran cte– manda de los fieles que lo deseaban y pedían LA DIVINI\ PASTORA. PINTADA POR G_ERMÁN LORENTE PARA LA F.EINA FARNESIO, TOMADA DE UNA LITOGRAFÍA DIRIGIDA POR . MADllAZO Y HECHA POR V. CAMERÓN. EL LIENZO ESTÁ EN EL MUSEO DEL PRA· DO Y MIDE 167 X 117 CTMS. para venerar en sus hogar.es la nueva imagen, y resultó de ello que tam– bién en Madrid, como en Sevilla, fué muy venerada y visitada la imagen de la Pastora , «s iendo, como dice un escritor, el hechizo y atractivo de toda aquella noble corte, obrando con sus ovejas místicas de continuo los por– tentos. Allí acude todo el concurso de la grandeza mayor de España, que cuanto más noble en dignidad y en sangTe, más se precia .de ser humilde rebaño de María. De manera que puesta su sagrada imag·en en su hermosa capilla, va convidando a todos, ya a los nobles ya a los plebeyos . A los pri – meros los llama y dice: ¡Oh ovejas ilustres y nobles, pero mías; si vuestro corazón es generoso, cuidad no sea, por el borrón del vicio , desdichado y mezqui:io. Y a los plebeyos les advierte, les consuela y anima con las dul– ces palabras de su boca , diciendo: Si vuestro corazón es desvalido y po– bre, enriquecedle con mi ayuda y favor ... Venid, pues , mortales todos , y hallaréis en esta Madre todo lo que deseáis » (2). l. Cmsérvase la REAL CÉDULA en el arch. de la Primitiva Hermandad. - 2. P. Berga, L A DIVINA PASTORA, pp: 20 y s.

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