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LA DIVINA PASTORA Y EL BTO. DIEGO ¡, DI:! é. IV de Francia, y fray Carlos Horn de Milán , hijo dP. Felipe IV de España , fueron tíos de Felipe V; fray Alejandro Farnesio , duque de Darma, y fray Juan Bautista estense, duque de Módena, fueron tíos abuelos de la reina do– ña Isabel Farnzsio » (1), y otros muchos capuchinos fueron parientes su– yos, como también los padres Félix de Darma y Antonio María de Darma , que los traía en su comitiva, como capellanes reales. «Seguían esta jornada y corte del rey Felipe V los condes de Cogora– ni, don Claudia, mayordomo del rey. y doña Catalina Dalavicini , su mujer , dama de la reina, padres del capitán de infantería valona, don José Maria Cogorani y Dalavicini , quien tocado de Dios , renunció al mundo , la gran– deza de su casa y, lo que es más, el favor que tenía de los reyes por sus prendas y parentesco con la reina Farnesio , tomando el hábito capuchino en este convento de Sevilla , el día 13 de junio de 1731 , con asistencia y edifi– cación de la corte. Vivió y murió, como buen religioso , en el convento de Málaga, el año de 1781, fray José de Darma, (nombre que le fué impues lo en la Orden). «El año anterior de 1730, el día 7 de diciembre , también edificó a la corte la toma de hábito capuchino, en este convento, del guardia de corps , don Antonio Fantini, con el nombre de fray Francisco María de Perusa , el que vivió y murió en este convento, con fama de virtuoso sacerdote y pe– nitente religioso , el año de 1762. «No menos edificó a la corte con su ejemplo, entre otros capuchinos de aquel tiempo, el venerable padre fray Isidoro de Sevi_lla, instituidor del traje y título de Pastora , María Santísima Señora nuestra , conciliando esta devo– ción en los corazones de los cortesanos y mucho más en las reales perso– nas de los reyes y príncipes. «Continuaron sus majestades y altezas, por todo el tiempo que estuvie– ron en Sevilla, honrando con su presencia este convento, pues con frecuen– cia venían la reina y príncipes a visitarlo con la mayor llaneza y agrado. Y en él, y en su huerta y jardines se paseaban y recreaban acompañadas y servidas por los religiosos, y muchas tardes merendaron en el refectorio , lo que se disponía por los religiosos. Hasta la reina y princesa entraron varias veces en la cocina para hacer tortillas de huevos , y el príncipe don Fernando les servía a la mesa y a las damas , que acompañaban a la reina y princesa, sentadas en el refectorio de la comunidad (2). · «La procesión del Corpus del año 1701 llevó distinta estación , que la ordinaria, para que su majestad y altezas la pudiesen ver desde los baleo– hes de la Contratación. El rey dió orden le avisasen cuando llegare la co– munidad de cctpuchinos y entonces se presentó en el balcón; luego quepa– só nuestra comunidad se retiró, mandando le volviesen avisar cuando llega– se la Custodia; se volvió a presentar para adorar al Santísimo Sacramen- 1. O. c., t. I, f. 52.- 2. Ib , f. 216. En el f. 54 dice: •Con frecuencia venían a este convento movidos de su devoción y afecto, especialmente la reina y la princesa, y muchas tardes meren– daron en el refectorio en las mismas mesas, servilletas y cubiertos de los religiosos, servidos con los mismos platos y loza de la comunidad, llevando desde la cocina el príncipe don Fernando y los grandes, los platos con las tortillas , menudo y chanfaina para la reina y la princesa, sir– viéndoles de maestro el cocinero fra y Jerónimo del Aujar. Se paseaban por los jardines y la huerta, y más frecuentemente la princesa doña María Bárbara de Portu?al, mañanas y tard es enteras »..
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