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40 LA DIVINA PASTORA Y EL BTO . DIEGO J. DB C . dragón, la vió apartada, la embistió para ofenderla, y la oveja, que se vió embestida, para defenderse, pronunció el Ave María , y al punto que la pro– nunció , bajó el señor san Miguel, que es el patrono de este rebaño, a ahu– yentar el dragón , defender la oveja y a su manada llevarla. «Esta es la imagen verdadera de María Santísima, como Pastora, que t'undimdose en la Sagrada Escritura y en la autoridad de muchos santos padres, sacó a luz la afectuosa devoción de los capuchinos de Andalucía el año 1703. Y es la primera, que con este referido místico traje se ha pin– tado en el mundo, y ya en casi todo el 0rbe se venera introducida. Y está cjpro\rnda por nuestro santísimo padre Clemente Undécimo , cuya Beatitud ~a concedido a su Hermandad las indulgencias, que se conceden a las Hermandades más célebres del orbe. De aquí se sigue, que si se pintase o · se esculpiese otra alguna imagen, añadiéndole, o quitándole algo , que no sea corno lo que llevamos referido , no se puede llamar Das.tora, aunque más Pastora la voceen , ni se puede decir que está aprobada por el Pontífi– ce, pues sólo aprueba, la que tiene el traje, que llevarnos mencionado y no las que , añadiéndole, o quitándole algo, varían de la primitiva imagen. Ni tendrán las gTacias e indulgencias, que a la Hermandad de la primitiva imagen le concedió dicho sumo Pontífice. «Por tanto pido , y con todo rendimiento suplico a los venerables padres misionarios. así los que pasaren a Indias a propagar la católica fe , corno a los que hicieren misiones en los católicos cristianos pueblos, lleven con - sigo esta sacrosanta imagen, no variándola, quitándole o añadiéndole al – go a la idea, con que está la primitiva, como lo hizo el venerable padre fray Luis de Oviedo en un pendón. aunque pobre, primoroso , y con su ampa– ro consig·uió tantas conversiones de pecadores obstinados, y se obraron milagros muchos, como se verá, en lo que se sigue de esta hisioria. Supli– co, y pido también a los seglares, que en sus oratorios o capillas quisie– ren tener esta venerable imagen , que la hagan pintar, conformándose en todo a la pintura, que dejo referida de la primitiva imagen, pues en esto se ajustarán en todo a la voluntad del sumo Pontífice, Vicario de Cristo nues– tro Bien y Cabeza visible de la Iglesia; y, en lo contrario , se apartarán de lo que con tanta madurez tiene aprobado . Y no es razón que los que nos confesamos hijos de la Iglesia, nos apartemos de lo que aprobó el que es Padre, Pastor y Cabeza del cristianismo» (1). En cuanto a lo segundo, o sea al retrato del padre Oviedo, debemos decir que el padre Isidoro fué el fundador del estandarte de la Divina y la representación viva y personal del tipo del misionero capuchino español , llevándolo en los Rosarios y en sus misiones; pero e:--ta gloria, que perte– nece a él, la cedió a su insigne compañero, mandando que fuese represen– tado gráficamente, como después se verá la mayoría de los misioneros ca– puchinos del mundo, izando el lábaro glorioso de la Divina Pastora. El padre Luis de Oviedo, pues, ha de colocarse entre las figuras más excel– sas del apostolado de la Divina Pastora y cronológicamente es el segundo apóstol , después del padre Isidoro. 2. VrnA DEL P. Lms DE ÜVIEDO, pp. 221-224.-Los últimos párrafos de la cita obedecen a que el padre Isidoro supo que la Pastora de los alcantarinos de Madrid tenía el Niño Jesús, otras el Rosario o el escapulario carmelitano, etc. Sin embargo, parecen exageradas las condi– ciones que exige, para que una imagen sea y se la llame Pastora. Más adel ante nos ocuparemos de este asunto.

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