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MlsiONES DEL V. P. LUIS DE OVIEbO Virgen María , de gracia llena: Ruega, Pastora, por tus ovejas, (1) 35 que se cantaron hast_a el pasado siglo con gusto y fruición de los fieles y se guardan aun en los archivos en hojas volantes , que se repartían en las misiones. Pero la época más interesante del padre Oviedo , para nuestro punto de vista , fué cuando quedó libre del noviciado y demás cargos de jurisdicción en 1722, para darse de lleno al ejercicio del apostolado (2). Como el Espí– ritu Santo dijo: Segrega/e mihi Saulum el Bernabam, para que anuncien el evangelio por Chipre, Galacia y otras regiones; así parece que escogió la Virgen por su Pablo al padre Isidoro y por su Bernabé al padre Luis de Oviedo, para que los dos la predicaran Pastora amantísima de las almas. En efecto, se hizo un estandarte con la imagen de la Pastora, la nom– bró Parrona de sus misiones y con ella salió a darla a conocer por ambas Andalucías. «Elección acertadísima, dice el padre Isidoro, fué ésta, porque, si había de obrar en sus misiones prodigfos, milagros y conversiones mu– chas de pecadores, al paso que endurecidos, obstinados, era como preciso llevar consigo la imag·en de María Santísima como Pastora, porque esta Señora con su traje pastoril mueve a los hombres al dolor de sus pecados y al séquito de sus virtudes» (3) . Armado con esta bandera, empezó un ciclo de misiones escalonando los pueblos unos tras otros de las provincias de Cádiz, Huelva, Córdoba, Badajoz y Sevilla, recordándose todavía las de Sanlúcar, Chipiona, Rota y el Puerto de Santa María, las de Carmona, Aracena, Cabra y Osuna, obrando casi siempre uno o varios prodigfos por mediación de la Divina Pastora , cuya devoción penetraba en los pueblos felizmente, erigiéndosele una imagen con su altar o al menos una pintura, que quedaba como me– moria y fruto de la misión. Tanta era la demanda de cuadros por parte del padre ltsidoro y por la del padre Oviedo, que los talleres de pintura sevi– llanos no hacían otra cosa qae pintar lienzos de la Divina Pastora. As: en el de Tovar, en el de Germán Lorente , Quirós, Soriano y otros. Esto ex– plica esa profusión de lienzos sevillanos con la Pastora, pertenecientes al siglo XVIII, pues apenas quedó una ig·lesia en Andalucía en que no e_stu– viera representada, y esto mismo cabría decir de las casas de los ricos y de los pobres . No podemos transcribir, por la falta de espacio, la serie numerosísima de favores y milagros que se verificaron a través de las misiones del padre Oviedo, pero precisa consignar algunos, como prueba de los medios de que se valía la Virgen para difundir por doquiera su nuevo título de Pas– tora. L Gómez de Aceves, en CUADERNO DE NOTAS VARIAS, ·dicé que en 1720 escribió doce bellas poesías a la Divina Pastora. Arch. de la S. de Amigos del País, Sevilla....:..Yerra SEVILLA MARIANA, t. 4. 0 , p. 304, diciendo que fué el 1740. No pudo ser, porque en ese ali.o murió el pa– dre Oviedo y las coplas se cantaban en sus misiones. 2. Anteriormente había sido guardián y renunció. Fué definidor provincial y custodio general y no quiso aceptar el provincialato que le ofreció el padre general. - 3. VIDA DEL PI\· ORE Lurs DE ÜVIEDO, p. 22.
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