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24 LA l>IVINA PASTORA Y EL BTO . DIEGO J. De C, nas de la valla, no se queje de las espinas, porque estas no le hie– ren, él mismo se hiere con las espinas, y así quéjese de sí mismo. «Espino, pues, soy el día de l hoy y por lo tanto armado de pene– trantes espinas. ¡Oh , qué buenas son estas para picar, para pun– zar, para herir!. .. Pero para esto la ocasión y el sitio, que es el púl– pito , no son del caso ... (pues) es el púlpito cá– tedra del Espíritu San– to, que es amor y cari– dad, y yo debo y quie– ro ser lodo caridad y amor para con mis pró– jimos y hermanos, no ofendiendo a al_guno ... Y así troncho las espi– nas que podían picar , embolo las puntas que 1· · podían ofender y quito lo punzante con que podían herir, y no per– mita Dios que yo en tal sitio hiera, ofenda o pi – que a alguno, aunque espino en esta ocasión me considero » (1). Con esta ingeniosa GRABADO DE LA PRIMITIVA IMAGEN DE LA DIVINA PASTORA POU· CROMADO, HECHO F.N PARÍS HACIA. EL 1 715. MIDE 70 X 46 CTMS. MUSEO DE LA DIVINA PASTORA. SEVILLA. introducción, elevándose sobre las miserias humanas, pasa a exponer el te– ma de su discurso , acomodándolo a los dos evangelios del día: el de san Ro– que, cuya fiesta se celebraba: SÍnl lumbÍ vesfrj praedncfj el lucernae ar– den/es Ín manÍbus veslrÍs (Luc., 12, 35-40). Hay que tener ceñidos los lo– mos para la defensa y encendida la antorcha de la razón para buscar la ver– dad. que fué la primera parte. Y el de la dominica: Beali oculi, qui videnl quae vos vÍdelÍs (Luc., 10, 23-37). Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros véis . Historia minuciosamente el origen del título y traje de la Di– vina Pastora, desde que lo dió a conocer hasta el presente, narración im– portantísima para conocer la génesísQ y progreso de la devoción, adaptán– dola al sentido del primer evangelio , para venir a la exégesis del segundo , y dice: l. lb., pp. 4-5.

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