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LA l"UENtE LAS PAS'fORAS La Pastora Coronada; la amplía hasta ponerle los tres órdenes de miste– rios, como los del rosario, los cuales compuso· en prosa, par:a cuando se reza, y en versos , para cantarlos por las calles, fijando también las nor– mas a que deben ajustarse los hermanos en la estación, desde que comien- za en la iglesia hasta su regreso (1). El venerable unió con lazo de oro la corona franciscana con la advo– cación de la Pastora , y lo hacía porque era su devoción predilecta, pues la rezaba diariamente en el convento, la predicaba con mucha frecuencia y hablaba de ella en sus conversaciones particulares, y hasta cuando salía para algún negocio y se hospedaba en casa de los seg-lares, reunía por la no<:he a la familia, le platicaba sobre la excelencia de la corona y la reza– ba, al fin, junto con todos los de la casa (2). Pudiera afirmarse, sin exage– ración, que el padre Isidoro es el apóstol más insig·ne de la corona fran– ciscana. Funda después nuevas Hermandades en Carmena, · Utrera, Jerez de' la Frontera, Arahal, Marchena, Almadén de la Plata, Dos Hermanas, Los Palíldos, Ronda y en cien pueblos más, cuya memoria se ha perdido. Reproduce con profusión las imágenes de la Divina Pastora en tallas , ·y lienzos, tira por millares los grabados con bellas figuras y tamaños ·va– :, riadísimos, desde el manual para el libró hasta los gTalldes de a metro pa– ra los cuadros, y troquela en Roma, el 1703, las primeras y artísticas meda– llas, que adquirían los fieles como pan bajado del cielo. Escribe y da a luz en 1714 la Novena de la Divina Pastora, ocultando su nombre, en la primera edición, bajo el anagrama de Isid1;0 Frías y bvalle, y' él mismo la leyó en el púlpito y la leerá todos los años, hasta el penúltimo de su vida, con una excepción, cuando estuvo cieg·o. · : Si en su origen, como vimos, fué la devoción de la Pastora tildada de , novedad impropia de la Virgen, ahora que ya florece y es aceptada por los obispos y su clero, cosechando ópimos frutos entre lo~ fieles, surgen vo- ' ces contrarias de personas respetables, atribuyendo el honor de la inicia– tiva a otras entidades y afirmando que la imagen de la Pastora de santa Marina no es la primera que ha existido de dicho título, sino que hubo otras a las que se le dió culto anteriormente. La Hermandad ofendióse de ·esta falsa afirmación, que cada día tomaba más cuerpo y lé arrebataba la · pri– macía de su imagen y la suya propia. Para su defensa acordó celebrar una función solemnísima en el domingo, 16 de agosto de 1722, segundo día de la novena, en ocasión de haber la emulación pub/jcado una falsa voz de que esta imagen no era la primera, que como Pastora se vcnerá en el mundo (3), Fué obligado a predicar el venerable, que no quería por tratarse de un asunto que redundaba en su honor, pero hubo de acceder ante la insisten– cia de los hermanos. Comenzó su sermón, aludiendo al apólogo del esplno propuesto por Joathán en el libro de los Jueces (9, 8-15). •El .espino, dice, sobre la valla, si está quieto, no hiere a nadie, a na– die ofende ... Quien por querer atropellar la heredad se hiere con las espi- 1. El P. Isidoro llama indistintamente a la procesión el Rosario o la Corona, pero lo que siempre rezaba o cantaba era la corona franciscana. - 2. Villegas. - 3. P. Isidoro, portada de LA fUENTE DE LAS p ASTORAS.
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