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Pl1IMrmA IMAGEN oe PAsfoj1A Y sli PROCESIÓN El día 23 de octu– bre de 1705, con pompa inusitada, en procesión solemní– sima, fué trasladada la nueva imagen desde el convento de la Encarnación a la parroquia de santa Marina, que desde ahora será la sede de sus cultos y de la Hermandad, priván – dose la de san Gil de este honor y glo– ria. La presencia de la bellísima y devota imagen por las ca– lles de Sevilla fué motivo de gTan júbi– lo y admiración y no menos fruto es– piritual al ver el pue– blo la efig·ie de la Virgen, vestida de Pastora, sentada en su risco y atrayendo las ovejas que la ro– deaban. Un grupo de niños vestidos de zagales, al estilo de los seises, rodeaban el paso, formando la LOS NIÑOS ZAGALES VESTIDOS CON SU TÍPICO TRAJE PASTORIL, PE· ·LLICA DE ARMIÑO, ZARAGÜELLES Y MANTA DE SED~, BÁCULO Y :SOMBRERO A LA ESPALDA. mística y celestial Arcadia de la Divina Pastora. 19 Se le hizo una solemne novena con fiestas por mañanas y tardes, pre– dicando en aquellas los mejores oradores de Sevilla, y en éstas el venera– ble padre, y así lo hará después indefectiblemente durante 46 años. La nueva imagen, al decir del padre Isidoro, «salió hermosísima, de · cuerpo entero, estatura perfecta y natural», y de tanto atractivo, que es ale,- . gría y dulcísimo imán para todos los corazones. · Habiendo sido creado cardenal el famoso predicador capuchino, padre Casini, le escribió varias cartas, para que intercediera ante la Santa Sede, con el fin de que concediese a la sagrada imagen y a su Hermandad el ma~ yor número de indulgencias y privilegios. A instancia del nuevo purpurado Clemente XI, expidió dos bulas, una constituyendo privilegiado perpetua-, mente _el altar de la Divina Pastora; y otra, otorgando a la Hermandad to,– das las indulgencias y privilegios que suele conceder la Silla Apostólica a las principales Hermandades del mundo.. · En ias obras de Dios no suelen faltar las adversidades, y, si son para enaltecer a la Virgen, parece que el infierno desata sus furias para entorpe– cerlas y destruirlas. No faltaron al venerable ni en el orden interno de fo~

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