BCCCAP00000000000000000000461
10 LA DIVINA PASTORA Y~EL BTO. DIEGO J. DE C. En aquella noche debió orar mucho el padre Isidoro, dando a Dios gracias por los frutos conseguidos , y algo extraordinario debió el Señor otorgarle, porque a la mañana siguiente, muy temprano y contra su cos– tumbre, se dirigió a la Puerta de Triana, donde vivía su hermano, don An– tonio Rodríguez de Medina y Vicentelo. (1) La entrevista tuvo por objeto recabar su fianza para el pago de una pintura que debía hacer. El hermano, que abundaba en bienes pertene– cientes al fraile, como primogénito de su casa, le abrió de par en par las arcas para cuanto le pedía o quisiera. De aq,uí marchó el padre Isidoro con su hermano al taller de Miguel Alonso de Tovar, el mejor artífice del ocaso de la escuela pictórica sevillana, y le J:¡abló del propósito que le llevaba a su estudio: pintar un cuadro. Y con palabras encendidas y frases certeras co– menzó a darle los elementos de la composición: En el centro y bajo la sombra de un-árbol, la Virgen Santísima seden– te en una peña, irradiando de su rostro divino amor y ternura. La túnica .roja, pero cubierto el busto, hasta las rodillas, de blanco pellico, ceñido a la cintur_a. Un manto azul, terciado al hombro izquierdo, env_olverá el con– torño de su cuerpo, y hacia el derecho , en las espaldas, llevará el som.bre– ro' pastoril, y junto a la diestra aparecerá el bé'iculo de su poderío. En la mano izquierda sostendrá unas rosas y posará la mano derecha sobre un cordero que se acoge hacia su regazo. Algunas ovejas rodearán la Virgen, formando su rebaño, y todas en sus boquitas llevarán sendas rosas, sim– bólicas del Ave Mafía con que la veneran . En lontananza se verá una ove– ja extraviada y perseguida por el lobo - el enemigo - emergente de una cueva con afán de devorarla, pero pronuncia el Ave María, exprl>sado por un rótulo en su boca, demandando auxilio; y aparecerá el arcángel san Miguel, bajando del cielo, con el escudo protector y la flecha, que ha de hundir en el testuz del lobo maldito. (2) Todo locual dicho con absoluta de– cisión, como el que bosqueja algo que vislumbró en lo más recóndito de su alma , como quien habla por inspiración divina. (3) Tovar con •tales pormenores tenía ya el cuadro compuesto; faltábale sólo la e)ecudón , fácil a la pericia de sus pinceles . Dos meses corridos porque, aunque el venerable padre maestro fray Pedro de Sta. María de Ulloa, gloria de la esclarecida Religión dominicana, mucho antes había introducido la devoción del Rosario en Sevilla, nunca había salido a cantarse por las calles, ni salió hasta que murió dicho venerable padre. En Cádíz, así que lo introdujo fray Pablo, salió por las calles y plazas, cantándose en altas devotas voces las ternísimas salutaciones angélicas, como dije (con cruz y estandarte) en ·e1 libro que imprimí el año 1702 de la vida del siervo de Dios,. Yerra, pues, afirmando otra'. cosa, Espinosa y Caree!, continuador de los Anales Eclesiásticos y Seculares de Sevilla, de Ortiz de Zúñiga, en el t. 5, p. 221, como también Matute y Gaviria en la continuación de dichos •Anales ,, t. 1, p. 257 con todos los escritores que los copiaron. La autoridad del padre Isidoro en el caso es irrefutable, por doble razón: 1.ª, porque fué testigo presencial de los he– chos; 2. ª, porque los publicó cuando sucedían, sin reclamación de los coetáneos. Aquellos analistas son de un siglo posterior, y la fuente a que alude Matute para copiar el Catálogo de los Rosarios de Sevilla son las •Ad iciones• a los •Anales » de D. Luís Germán y Ríbón, que las escribía en 1784, cuando le sorprendió la muerte, y por lo tanto es testimonio posterior, como aquellos, y no dan razón alguna de su aserto. El borrador de las •Adiciones , se conserva en la Colombina de Sevilla, y don Santiago Montoto publicó un extracto de éllas. l. V1LLEGAs. - 2. P. Isidoro, PASTORA CoRONADA, pp. 6-8; y LA MEJOR PASTORA ASUNTA, p. 519.- 3 VILLEGAS.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz