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APÓSTOLES DE LA DIVINA PASTOIIA EN ÉL NOVICIADO DB FI?. DIEGO 14& FACHADA POS'l'ER!OR DEL CONVENTO JJ1' CAPUCHINOS Dll S1'VILLA CON VISTA .A LA HUllR'fA. LA CEL– DA QUE USÓ 1'1,AY DIEGO DURANTE SU NOVICIADO ES LA m; LA VEN1'ANA P EQUEÑA EN'l'll.E LA LA PALMERA y EL CIPltÉS, CONVElt'l'!DA HOY EN CAPILLA CON PINTUl!AS DE 0 LA DIVINA PASTORA. tre los que se cuenta don Bartolorné Bejarano, correg·idor de Teguantepe– que en Méjico (1). También vivía en el convento otro venerable capuchino, el padre Fran– cisco de Perusa, arrancado del mundo , como se dijo, y de la guardia real de Felipe V por el padre l_sidoro, durante el lustro de la corte en Sevilla (2). Era éste un relig'ioso muy edificante, y amantísimo celador del pastorado de la Virgen. Desde que vió a fray Dieg·o con el hábito capuchino y el modo sing·Ular de comportarse , dijo a su maestro: Mucho bÍen pÍenso que nos ha traído el Señor con ese cMqujffo; cuídelo con esmero, mírelo con amor. Y cuando ·ya próximo a terminar el noviciado, sintió agudas tenta – ciones para dejar los capuchinos y marchar.se a los dominicos. según se lo había aconsejado antes su madrastra . en ocasión de estar atizando la lám – para de la enfermería, se le acercó inspirado por Dios, el padre Perusa, y al hincarse fray Diego de rodillas, para pedirle la bendición, aquel le djjo un evangelÍo, gravando bÍen la mano sobre su cabeza, levantándose el l . •En dicho mes y año (junio de 1785) múrió en la ciuJad de Manzanilla D. Bartolomé Bejarano a pocos días de haber venido del reino de Méjico, a donde estuvo 31 años, emplea:lo en el real servicio, siendo el último, de corregidor de Teguantepeque, 17 años. Cuando pasó a América es: uvo en este convento a ejercicios espirituales y a confesar eon el venerable pacre iray Andrés de Pesquera, quien le encomendó la devoción a la Divina Pastora, que le libró de muchos peligros. Vuelto a España, antes de ir a su pueblo, hizo ejercicios y confesó en' este convento con el padre fray Eusebio de Sevilla, siendo guardián el padre fray Felipe M.ª de Ardales, y al quinto día murió ,. Ib., f. 293. - 2. Ib., f. 215.

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