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138 LA DIVINA PASTORA Y EL BTO. DIEGO J. DE é. X Díme dónde apacientas tus g·anados, dónde descansas por la ardiente siesta; díme en qué carrizales embreñados , en qué valles profundos y callados , en qué umbroso pinar, o en qué floresta. Dímelo, Pastora mía , luz del día, dímelo por compasión; mira, azucena entre abrojos, que tus habladores ojos me han llagado el corazón. Muéstrame , por quién eres , el camino que lleva a tu cabaña: no en mal hora , vaya darme a correr loco y sin tino, con paso extraviado y libertino, en busca del redil de otra pastora. Dímelo, Pastora mía, luz del día, dímelo por compasión; mira que un solo cabello de los que adornan tu cuello me ha llagado el corazón. XI Capuchino y misionero te digo que quiero ser; porque ambiciono ser santo, y así ¡oh Virgen! lo seré. ¿Conque de zagal me admites?... ¡Ay, Madre, con qué placer, al olor de tus perfumes, por los campos correré! Yo buscaré tus ovejas, do tus ovejas estén, y a tu redil , en mis hombros, gozoso las tornaré. ¿Que es necesario cansarme? Sudar me dará placer; y si morir es preciso , ¡con qué gusto moriré! ¡Llévame ya a tu rebaño! Mira que siento una sed de vestirme tu pellica, que no sé decir cuál:es ... Por el humilde cerquillo , que ha de coronar mi sien , diera corona de piedras con primores de cincel. Por el hábito incoloro de marmórea rigidez trocara manto de púrpura, que obscureciera al clavel , con armiños, que a la nieve , le enrojecieran la tez. Cientos de perlas daría por el nudoso cordel; y por la burda sandalia , que deja descalzo el pie, zapatillas de brocado con bordaduras de Fez. ¡Yo quiero ser misionero! ¡Capuchino quiero ser! ¡Díme que sí, Pastorcita! ¿No es verdad que lo seré?

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