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132 LA bIVINA PAST011A Y EL BTO. b!EGÓ J. DE C . canónico , trope– zando al punto con las dos mis– mas dificultades que obligaron a los padres domi– nicos a rechazar– lo. La negativa de admisión fué in– med iata y rotun– da, llenando de contrariedad y pena al joven de– sahuciado, quien por otra parte no dejaba de recibir en su casa dis– gustos y vejacio– nes a causa de su vocación y torpe– za. Dícese que en – tonces se acordó de la Divina Pas– tora y que se pos – tró ante el cuadro ya descrito , pi– diéndole inteli – gencia, y que le concediese s e r capuchino , mi– sionero y santo. Pedía aquello mismo que con – t em p la b a ante sus ojos. CASA DONDE VIVÍAN LOS PADRES DE FRAY DIEGO Y DE LA QUE SALIÓ PARA INGRESAR EN LA ORDEN CAPUCHINA. Una tradición muy venerable asegura tambi én que la Virgen, eti una especie de visión , le hizo comprender que su oración había sido escucha– da y que lo elegía por apóstol de su divino pastorado. El insigne literato Muñoz y Pabón , en su juventud , escribió sobre este asunto la preciosa leyenda titulada : Una farde en Capuchinos de Ubrique, poema finísimo, polímetro y de inspiración muy delicada , que de– clamó él mismo en las fiesta s literarias de la beatificación de fray Dieg·o , celebradas en Ronda. Aunque en los matices de la narración se aparta a veces de la verdad histórica con varios anacronismos , establece , sin embargo, el fondo de la tradición por todos admitida. El va lor de esta pieza literaria nos obliga a in sertarla íntegTamente, esperando que será grata y útil a los lectores.