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FAMA DE SANTIDAD .!::s finalmente, mar, por la inmensidad con que nos representa la vida de un Apóstol Mariano, cuyas misiones, todas fueron · navegaciones por mares inmensos de María. Todo el apostolado del venerable padre fray Isidoro de Sevilla se 1~edu jo principalmente a predicar, enseñar, esc:'ibir, exhortar y aun hacer navegar de mar a mar la devoción y afecto sing·ular a María Santísima, como amante solícita, dulcísima, vigilante Pastora de las almas . «De este, como centro, salieron a la circunferencia de la esfrra de su admirable vida tantas líneas de sermones, ejemplos, exhortaciones, docu– mentos con que, quitando vicios y desterrando abusos, reformó y agregó a los rebaños apacibles de tan gran Pastora tantas almas. Escribir sólo (d ecía el no bien aplicado Propercio) que era navegar . Pues ¿qué será es- EL V. P. ISIDORO DE SEVILLA, PROTOTIPO DEL MISIONERO CAPUCHI· NO, LLEVANDO EN UNA MANO EL ESTANDARTE DE LA DIVINA PAS· TORA Y EN LA OTRA, LA CORONA FRANCISCANA. ÓLEO DE J. HUEL· VA. CONVENTO DE LOS CAPUCHINOS, SEVILLA. cribir , enseñar, predicar , y esto en los mares infi– nilamente profundos de María? ¿Qué será hacer n a v e g· a r desde uno a otro mundo al mismo mar Maria, como Pastora de las almas? «Yo suspenso a la vista dé lo mucho que navegó este apóstol mariano e hi– zo navegar por el mar María, Pastora de las al– mas ... Yo dijera a esta Pastora, más que humana por acomodación, lo que a la de los Cantares decía el Pastor Divino: Si le ig– noras , o ignoras que no ignoras, oh Pastora her– mosísima , lo mucho que este devoto siervo vuestro ha promovido vues i ros cul1os, ha enriquecido vuestras aras: miradlo en la grande Sevilla, en so– lemnísimas octavas, no– venas, Rosarios, Herman– dades , capillas, lienzos y primorosas estatuas, que representándote al vivo la más hermosa, arrebatan las almas y felizmente las violentan a ser .ovejas tu– yas. Pero a más, sal, sal de Sevilla, sal de Andalu– cía, sal de España, sal de

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