BCCCAP00000000000000000000461

EXEQUIAS DE LA PlnMITIYA HDAIJ. DE LA PASTORA POR SU V. rUNDADOI~ 117 El material fundamento ya es polvo y ceniza fría; mas los silbos que a porfía dió su fervor sin segundo, los oirém siempre en .el mundo los corderos de María. El cuerpo tercero componíase de un gran basamento sobre el cual , en forma de pirámide, estaba el féretro con la est0la, el hábito y el cordón franciscanos. Cuatro gTandes borlones pendían de sus ánguL s y eran re– cogidos por otros tantos corpulentos ángeles, que en señal de duelo incli– naban sus cabezas ( 1 ). En altar portátil con muchas luces y rodeado de inscripciones alusivas, aparecía entronizado el primitivo estandarte de la Divina Pastora y sobre la mesa presidencial estaba puesto un retrato al óleo del venerable, de medio cuerpo y de tamaño natural, que la Hermandad había encargado, en el 1742, al maestro pintor don Juan Soriano, cuya reproducción puede ver – en la página dos de este libro (2). · Presidió , en dicha mesa, ·los funerales la comunidad de capuchinos, como madre del difunto; a su derecha estaba toda la nobleza sevillana, a la que perteneció, cuyo convite hizo el caballero 24, don Manuel de Medina Cavañas; y a su izquierda la real y primitiva Hermandad de la Divina Pas– tora, como hija predilecta del venerable. La oración fúnebre estuvo ·a cargo del padre Miguel de Zalamea, dirig·ido del padre Isidoro, cuya circunstan– cia sirvió para que revelase muchas noticias interesantísimas de su vida íntima y de sus virtudes (3). Puso por texto: Mor/uus es/ au/em Samuel, el congrega/as es/ uni– versas Israel, el planxerunl eum, el sepelierunl eum in domo sua, Ra– ma/ha (1 Reg. , 25, 1); y dividió su discurso en tres motivos, por los cua– les el venerable, difunto ya para la tierra, está vivo _en el cielo. Motivo primero: «Es la invictísima paciencia, la tolerancia cris~iana con que sufrió muchas injurias, muchos agTavios, falsos testimonios y ca– lumnias muchas, que en este mundo se le ofrecieron, y otras falsedades con que le ag-raviaron» (4). Motivo seg·undo: «Es la gran piedad, la caridad ardiente y desmedida misericordia, que siempre a los pobres tuvo, favoreciéndolos con cuantas limosnas podía» (5). · Motivo tercero: «Es la cordialísima y admirable devoción, que siempre tuvo a María Santísima nuestra Señora, el afecto .con que la amaba y el culto con que la servía. Aquí tenemos un mar dilatadísimo; pero al baj el del discurso le falta tiempo para naveg·arlo , porque la ' devoción de los Bernardos, Anselmos y Buenaventuras en nuestro amado difunto se vió resucitada» (6). l. P. Miguel de Zalamea, ÜRACIÓN FÚN,;IJRE, preliminares. - 2. La Hermandad hizo el retrato a espaldas del venerable y lo tuvo oculto durante su vida. Debió resultar de un :.pare• cicló exacto, porque, después de dos siglos, sus sobrinos, los hermanos Medina Garvey, de nues– tros días. ostentan aún los rasgos atávicos del rostro, color encendido de la tez y cabeLos ru– bios del venerable.- 3. Villegas. - 4. ÜRACIÓN F.. ,c., p. 9. - 5. lb., pp. 20 y s. - 6. lb., p. 29.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz