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• AiJA111c1óN DB LA oiviNA i>ASÚ)RÁ AL v. i>. isiooim 99 Con esta hipótesis, armónica a las manifestaciones del venernble, se explica muy bien lo que afirma el beato Diego, que el padre Isidoro recibió por inspiración divina el título de Pastora, como también la piadosa creen-_ cia de los que se declarnn por•una visión celestial, según enseña la trndi– ción ininterrumpida. Por nuestra parte creemos, habida consideración de cuanto se ha di-– cho, que no en una ocasión sola debió el venernble tener íntimas comuni– caciones con la Pastora Divina , sino en varias: unas veces para ilustrarlo en la misión confiada, otrns parn levantar su ánimo y consolarle en los días de persecución y grandes sufrimientos. El Eterno Padre mandó a un ángel para que confortara a fesucristo en Oetsemaní. f Pongamos término a este capítulo con las siguientes palabras del car– denal Spínola: «Dios , lo enseña san Pablo, ha hablado y habla a los hom– '-¡--- -- bres de muchas manerns. Saber que efectivamente ha hablado y lo que ha ' dicho, es lo en realidad importante. Cómo lo ha hecho, es cuestión secun– daria . Y cierto es que, ora se haya revelado la voluntad divina por visión sobrenatural , orn se haya nJctnifestado por inspirnción , no cabe duda que la advocación de Pastora de Iás almas, atribuída a María, ha bajado de lo alto, como bajó el nombre de Juan, dado al Bautista (1). - 1. Boletín c., ib,
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