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94 LÁ b!VINA PASl'OI?A Y EL BTÓ. bIEGO j. DÉ C. Aquí, más remontado el pensamiento, concibe, sin ser nada temerario, que este tan milagroso movimiento procedió de motivo extraordinario. No defiendo por sólido cimiento lo que es conjeturable y arbitrario; pero es cierto que impulso de tal vuelo sólo pudo dictarlo el mismo cielo. Fué el varón apostólico , advertido , al paso que modesto, humilde y sabio , y así el que en esto más ha discurrido no pudo averiguarlo de su labio. Sólo en al.gunos lances, complacido, dijo sin vanidad ni otro resabio: Mi amantísima Madre y Protectora declara tener gusto en ser Pastora. Esto decía, según yo regulo, con respecto a los prácticos progresos , difraz, que pudo ser del disimulo sobre que faltan términos expresos. Pero, si a los indicios acumulo los que está.n pregonando aún los impresos, diré que el venerable, por prudencia, llamó sólo acaso a la ocurrencia. Cabe preguntar: ¿Cómo constaba al padre Isidoro que era del agrado ele la Virgen ser venerada con el título de Pastora? ¿Cómo daba esta mis– teriosa respuesta, cuando precisamente le aludían a la visión? De algún modo extraordinario debió saberlo, y este es el que nunca quiso revelar , y uno de los motivos que apoyan la presunción del éxtasis. En su confirma– ción Villegas aduce, en cuatro octavas , testimonios de mayor excepción: Los doctos de este pueblo y Religiones , con las pers·onas graves de talento, en mi presencia en muchas ocasiones, arguyen gran misterio del intento. Y aun algunos, haciendo admiraciones, han dicho, con sobrado fundamento, no les repugna fuese revelada advocación tan útil y agraciada. Ci~rto prelado, que tocó esta clave, es de opinión que el padre, de allá arriba, tuvo iluminación, porque así cabe, a lo menos de luz intelectiva. (a) Aunque la realidad nadie la sabe, la grita y determina la voz viva (a) Se sospecha· especial antecedente de iluminación o sueño mi sterioso. (Estas notas son de Villegas).